"No espero un milagro"

Los viernes de Gran Premio son días tontos en la fórmula 1, jornadas de esas en las que los medios de comunicación se empeñan en sacar conclusiones de las dos primeras sesiones de ensayos mientras los pilotos se limitan a ponerlo todo en cuarentena porque, aseguran, los resultados que marca el cronómetro no son suficientemente representativos debido a la falta de referencias: nadie sabe en qué condiciones circula cada uno. Es por eso que, cuando un piloto de los punteros se arranca un viernes con un discurso contundente, es que algo raro está pasando.

Fernando Alonso se dio de bruces ayer con la cruda realidad que en estos momentos atraviesa Ferrari. Hace dos semanas, en Australia, en la prueba que abrió el calendario, el asturiano terminó el cuarto y Felipe Massa, su compañero, lo habría hecho el noveno de no haber sacado tajada de las descalificaciones de los dos corredores de Sauber. Entonces, la flor y nata de La Scuderia paró el golpe como buenamente pudo. Aseguraron que las peculiaridades de Albert Park no permitían teorizar sobre las prestaciones del bólido rojo -"todavía no sabemos cuál es la realidad del coche", dijeron al llegar a Kuala Lumpur-.

El español se quedó a 1,7 segundos de Webber y fue incluso peor que Massa

Cómo debe ver el panorama el campeón del mundo que se encomendó a la lluvia

Después de la primera jornada de ensayos del Gran Premio de Malasia, comienzan a hacerse una ligera idea de las carencias que esconde su 150º Italia, que ayer no pudo acercarse a menos de un segundo de los Red Bull y los McLaren. Massa fue el sexto más rápido, a 1,2s de Webber, y el español, el noveno, a 1,7s.

"Mañana veremos realmente dónde estamos, pero bueno, tampoco esperamos un milagro. Hoy no hemos conseguido ir rápido así que tampoco esperamos hacerlo mañana. Será una cronometrada difícil y un fin de semana complicado", se sinceró el asturiano. Cómo debe ver el panorama el bicampeón del mundo que hasta se encomendó a la lluvia y a las paradas en talleres para ganar enteros de cara a la carrera: "Soy consciente de que nos falta velocidad. Aunque se trate de un viernes, la sensación es que los demás van bastante más rápido, sobre todo Red Bull. Intentaremos hacerlo lo mejor posible y veremos la previsión, que empeora para sábado y domingo. Si somos más lentos a una vuelta, eso nos puede venir bien".

Alonso se pasó todo el invierno tratando de rebajar la euforia de los tifosi de il cavallino rampante. En las 15 sesiones de entrenamientos que se programaron durante la pretemporada, Ferrari fue quien más kilómetros completó (5.244), de la misma forma que no hubo nadie que rodara más que el asturiano (2.826).

La escudería de Maranello y su primer espada viajaron a Australia satisfechos con el trabajo, convencidos de la robustez de su prototipo pero sin saber qué esperar de él en términos de competitividad. Mientras otros, como Red Bull, McLaren y Renault, optaron por la innovación, el constructor italiano prefirió la prudencia, de modo que su propuesta fue más conservadora que las demás.

"Hicimos un muy buen invierno, con muchísimos kilómetros, pero no sabíamos exactamente dónde estábamos porque este año hay demasiadas variables a tener en cuenta y no teníamos referencias. Ahora ya sabemos que hay equipos que van más rápido que nosotros. Aunque el campeonato es largo y tenemos muchas carreras para darle la vuelta a esta situación", reflexionó Alonso. "Esperemos que en la carrera pasen muchas cosas", dijo Massa, disgustado por la diferencia de potencial que separa a su coche de los más rápidos, pero contento por haber rodado medio segundo más rápido que su vecino de taller. En la caseta de Ferrari ayer se constató que quien no se consuela es porque no quiere.