Detrás de un gran hombre

Siempre se ha dicho que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer; Groucho añadió que detrás de la mujer suele estar la esposa, y Pere Riera pasa de las dos para fijarse en la figura que ejerce de mano derecha de ese gran hombre en el terreno profesional. En la pieza que nos ocupa, nuestro gran hombre es el presidente del Gobierno (Toni Sevilla), y detrás, por no decir pegado a él, está su secretario de prensa (Abel Folk). El primero no es nada sin el segundo, como señala en un momento dado el tercer personaje de la obra, una periodista (Emma Vilarasau) que ha planificado una entrevista al presidente en directo para la televisión y que, para llevarla a cabo, debe enfrentarse a los dos. Y es que el presidente está presuntamente implicado en un delito de abuso de menores, pero el secretario tiene su plan para que el asunto no salga a la luz. Este sería el planteamiento de Desclassificats, y hasta ahí puedo contar.

Escénicamente hablando, el montaje se nutre de referentes como La nit al dia, el programa de TV-3 que lideraba la periodista Mònica Terribas: de hecho, la periodista de Emma Vilarasau se muestra tan competente, decidida y agresiva como ella. Nixon-Frost, el montaje que dirigió Àlex Rigola la temporada pasada, también nos vuelve a la memoria.

Emma Vilarasau cumple con el rol de mujer de armas tomar. Toni Sevilla, a excepción de una escena al principio en la que su personaje se le va un poco de las manos, construye un presidente creíble. Por su parte, Abel Folk es, en mi opinión, el que se lleva el gato al agua: se mueve magistralmente por un terreno que nos parece firme cuando en realidad es un fangal de arenas movedizas.