Rose llama a la puerta de MJ
Veinte años después del primer título con Jordan, los Bulls asombran de la mano de su brillante base y de un equipo prometedor
Derrick Rose ya conoce a Michael Jordan. Apenas había cruzado algún breve saludo con él. Pero el presente y el pasado de los Bulls se fundieron en la celebración del 20º aniversario de la obtención de su primer anillo de la NBA. Rose recibió los elogios del mejor de todas las épocas, ahora propietario de Charlotte Bobcats. "Derrick ha madurado muy rápidamente. Cuando llegó al equipo, todo el mundo elogió su rapidez y su facilidad para penetrar, pero se presumía que no era un buen tirador. Ahora puede tirar tanto de tres como en suspensión. Tiene muy pocos defectos", opina Jordan del fenomenal base de 22 años.
La ocasión, el 12 de marzo en el United Center de Chicago, juntó al grupo de jugadores que dieron seis anillos a los Bulls con la nueva ola que lidera Rose y que está devolviendo el orgullo a la afición. Y también las máximas expectativas, proclamadas sin disimulo por el propietario de la franquicia, Jerry Reinsdorf, que vaticina que el equipo tiene potencial para ganar cuatro anillos.
El director de juego de Chicago es favorito a mejor jugador de la temporada
Por fin, después de más de una década de decepciones, los Bulls, con 53 victorias y 19 derrotas, se asoman a lo más alto de la Conferencia Este, en cerrada lucha con Boston y con Miami. Eso no sucedía desde poco antes de que Air Jordan vistiera por última vez la camiseta de los Bulls, en 1998.
No ha sido fácil la vuelta a la cima. Hace solo 15 meses la prensa les vapuleó. "Atlanta, 118; los despreciables Bulls, 83", tituló en diciembre de 2009 el Chicago Tribune tras la "humillante" derrota, por 35 puntos del equipo dirigido entonces por Vinny del Negro. El destino ha querido que los Bulls, ahora bajo la dirección técnica de Tom Thibodeau, hayan enviado otro guiño a sus antecesores al vencer por 33 puntos precisamente en Atlanta. De esa forma, han ganado dos partidos seguidos por más de 30 por primera vez desde enero de 1995. Algo más les costó ganar en su última cita, en Milwaukee, por 87-95. Pero Rose sumó 30 puntos y dio 17 asistencias en los momentos más peliagudos, cuando su equipo llegó a acumular una desventaja de 15 puntos en el tercer cuarto. En los últimos 25 años, solo un jugador de los Bulls había sido capaz de sumar al menos 30 puntos y 15 asistencias en un partido: fue Jordan, en 1989, con 33 puntos y 17 asistencias ante Portland.
"Su voluntad, el ritmo, la elaboración de jugadas, la anotación, todo lo que necesitamos nos lo proporciona", dijo Thibodeau de la figura de Rose, favorito indiscutible al premio de mejor jugador de la temporada (MVP). También puede ser elegido mejor entrenador del año Thibodeau. La importancia del preparador, que fue ayudante de Doc Rivers en los Celtics, donde ejercía el papel de especialista defensivo, ha resultado fundamental. "Nunca dejas de oír a Thib's", cuenta Rose; "siempre dice que, si queremos llegar a ser el equipo que queremos ser, tenemos que aplicarnos más. Es lo que estamos haciendo. Nos estamos presionando nosotros mismos. No podemos quedar satisfechos por el lugar que ocupamos ahora".
Thibodeau se remite a los preceptos básicos del juego. "Vamos a defender, a rebotear, a limitar las pérdidas y a compartir el balón", anunció. Los Bulls cuentan con la segunda mejor defensa de la NBA, con una media de 91 puntos recibidos, solo algo más alta que la de los Celtics, y es segundo en la clasificación de rebotes, con 44,3 de media, solo superado por Minnesota.
Varios de los componentes de los Bulls de Jordan trabajan en la franquicia. Uno de ellos, John Paxson, el director ejecutivo, ha logrado incorporar a un pívot con la experiencia y calidad de Carlos Boozer, a un escolta defensivo como Keith Bogans y a un tirador consumado como Kyle Korver, que han completado el grupo de magníficos y jóvenes jugadores formado por Rose, el tirador británico Luol Deng y el pívot Joakim Noah, hijo del excampeón tenista francés Yannick, junto a reservas que cumplen con su papel como Brewer, Gibson, Thomas, Watson y Asik. Aunque todas las comparaciones son odiosas, en Chicago se sueña como se soñó en 1991, cuando el quinteto formado por Paxson, Jordan, Pippen, Grant y Cartwright, junto a Armstrong, King, Levingston, Hopson,Williams y Perdue, y dirigidos por Phil Jackson, sumaron 61 victorias y 21 derrotas en la temporada regular antes de ganar el primero de sus seis legendarios anillos.
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