El cantautor triunfal

Hace un mes que no hay entradas para los conciertos de Nacho Vegas, el viernes y el sábado en el Joy Eslava. La buena noticia es que es aún quedan para la tercera fecha, la del martes 29, en el Circo Price. Que haya tanta demanda resulta tan impresionante como que La zona sucia, el nuevo disco del cantautor (seguro que él odia ese término, pero es lo que hay) haya entrado en el número tres de las listas de ventas de España.

Cuando Vegas salió de Manta Ray, nadie esperaba que 10 años después fuera un artista con un público amplio y apasionado. La mayoría lo tomó como una locura. Manta Ray era de los pocos grupos de eso que se llamó Xixon Sound (sonido indie de Gijón) que parecían capaces de trascender lo comercialmente anecdótico. Iniciar una carrera a lo Leonard Cohen en el año 2000 no parecía demasiado viable. Pero desde que debutara en 2001 con Actos inexplicables ha publicado cinco discos en solitario, uno a medias con Bunbury y otro con Christina Rosenvinge más una docena de EP; ha conseguido superar el sambenito de que es mejor letrista que cantante. Y, desde septiembre es incluso dueño de su propia obra con el sello Marxophone. Hasta parece manejar su leyenda de artista intoxicado con una soltura admirable. Vegas va para mito, sino lo es ya.