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PP y PNV se alían para blindar la financiación de la educación segregada

El Pleno rechaza cambiar los requisitos lingüísticos del Consejo del Euskera

Los dos partidos de corte más conservador en el Parlamento, PNV y PP, escenificaron ayer una extraña alianza para rechazar que se eliminen las subvenciones públicas a los colegios que solo admiten alumnos de un mismo sexo. Ambos partidos, inusitados compañeros de viaje sobre todo en cuestiones relacionadas con la educación, unieron sus fuerzas en el Pleno y así tumbar una propuesta de Aralar para cerrar el grifo de la financiación pública a estos colegios.

Estos centros son, hoy en día, casos aislados en Euskadi, por lo que "no es un problema social", como matizó el socialista Vicente Reyes. La educación segregada se reduce a seis colegios en Euskadi, con 4.000 estudiantes. Muchos de ellos pertenecen a un grupo de centros de corte religioso y cercano al Opus Dei.

Emakunde pide que se sigan las leyes de igualdad en los colegios

El debate pivotó sobre el interrogante de si la educación segregada supone una discriminación por razones de sexo. Según Mikel Basabe (Aralar) lo es y por eso su grupo, impulsor de la iniciativa, pidió que no se renueven los conciertos económicos con estos centros. Reyes aseguró estar de acuerdo con el fondo de la propuesta de Aralar, por entender "la coeducación como instrumento para lograr la igualdad efectiva". EB y UPyD también se mostraron favorables.

Pero los socialistas esgrimieron que hay varios procesos judiciales en España que despejarán este asunto para abstenerse, tanto en la votación de la propuesta de Aralar como en la finalmente aprobada gracias al excepcional tándem PP-PNV. Este sacó adelante una resolución para "seguir cumpliendo la normativa vigente" y "garantizar la libertad de enseñanza". La directora de Emakunde, María Silvestre, declaró en Radio Euskadi que la educación segregada convierte la escuela en "un laboratorio muy ficticio de la realidad social" y pidió ser consecuentes con las leyes de igualdad.

Iñaki Oyarzábal (PP) realizó una defensa casi numantina de este tipo de colegios, al tiempo que interpretó la iniciativa como "un ataque a los centros concertados". "Mañana se querrán cargar a los colegios religiosos", apuntaló tras opinar que "la apuesta por la escuela mixta es exclusivamente ideológica". Jone Berriozabal (PNV), defendió su voto señalando que la propuesta de Aralar "no es legal" y que, si la educación segregada fuera discriminatoria estos centros, "tendrían que estar ya prohibidos".

El segundo debate más ideológico se centró ayer en los vocales del Consejo Asesor del Euskera, un punto en el que no hubo acuerdo. UPyD presentó una iniciativa con la que proponía que en el consejo debería haber, al menos, el mismo número de vocales que solo hablen castellano que el de personas que sepan euskera. Gorka Maneiro defendió este argumento porque el consejo propone medidas que después se aplican a una sociedad donde muchos no conocen el euskera. La reacción fue inmediata. Mikel Arana (EB), calificó la iniciativa de "pintoresca", al igual que Mikel Basabe, de Aralar, que replicó a Maneiro señalando que además de ser euskaldun "soy castellano-parlante y su punto de vista no me es ajeno". Garbiñe Mendizabal (PNV) censuró que se debatan "polémicas e iniciativas artificiales que no se dan en la sociedad".

Desde el PP, Laura Garrido aseguró que, tal y como está el consejo ahora, "no se limita ni se prohíbe" que quienes no sepan euskera estén en él, aunque criticó a Blanca Urgell por no tener la "valentía" de romper con la práctica habitual y reforzar los perfiles de vocales castellanoparlantes. El socialista Reyes defendió la "pluralidad" del consejo.

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