Un policía prejubilado muere en un tiroteo tras intentar un secuestro

Un policía prejubilado falleció el viernes por la noche en su casa de Fuengirola (Málaga) tras enfrentarse a balazos con sus antiguos compañeros. Le seguían la pista por un intento de secuestro de un banquero ocurrido aquella misma tarde en una caja de ahorros de la localidad. En lugar de entregarse, atacó a los agentes del grupo de operaciones especiales (GOES), bregados en enfrentamientos peligrosos. Llegó a herir en el brazo a uno de los agentes, que también recibió dos balazos en el escudo y el casco. El supuesto secuestrador, de iniciales M. M. R. y 55 años, falleció en el tiroteo. Los investigadores le atribuyen "cuatro o cinco" atracos en la Costa del Sol, aunque destacan que los botines, de 600 o 1.000 euros, no eran muy sustanciosos.

El fallecido era un agente raso que llevaba unos cinco años prejubilado. Su último destino lo tuvo en la comisaría de Marbella. Pasó a segunda actividad, situación en la que los agentes pueden seguir realizando tareas administrativas, pero no le asignaron ningún destino, por lo que ya no tenía que acudir a trabajar a dependencias policiales.

Se le prejubiló a los 50 años, cuando lo normal son 55 años, por decisión del tribunal médico, aseguran fuentes policiales. En sus últimos años de servicio estuvo de baja en numerosas ocasiones por diferentes dolencias.

Antes de morir, el supuesto atracador vivió siete horas de máxima tensión. Acudió a la caja de ahorros que supuestamente intentó asaltar a las 15.00, hora de cierre. Según fuentes policiales, amenazó con una pistola al director de la sucursal e intentó usar el coche del banquero para llevárselo de allí. Su víctima tiró las llaves del automóvil y aprovechó para huir. Acudió a la comisaría de Fuengirola y describió a su supuesto raptor.

Una patrulla dedicada a tareas de seguridad ciudadana le encontró no muy lejos del banco y le pidió que se identificara. Al verles, el agente prejubilado emprendió una huida relativamente corta. Fue a refugiarse a su propia casa, en la urbanización Torreblanca del Sol, de este mismo municipio, donde se atrincheró.

En ese momento, los agentes que participaban en el operativo supieron que la persona a la que estaban persiguiendo era un agente retirado y que podía ser peligroso. Cuando los policías se prejubilan deben entregar su arma reglamentaria, pero, por su condición, mantienen el permiso de armas y pueden tener legalmente una pistola.

Como el agente no atendía a los requerimientos policiales, solicitaron un mandamiento judicial y pasadas las 22.00 entraron por la fuerza en la vivienda. Los enfrentó a disparo limpio. En el tiroteo resultó herido uno de los agentes, que ayer recibió el alta hospitalaria, y M. M. R. perdió la vida.

"Debió de sentirse completamente acorralado y se bloqueó", contemplaba ayer una fuente policial. "Como policía, sabía que era cuestión de tiempo que se tirara del hilo y se llegara a los otros golpes", añadió

La policía encontró en la vivienda tres armas que el fallecido supuestamente utilizó en el tiroteo y detuvo a su pareja sentimental, J. G. B., de 53 años, por su participación en algunos de los atracos investigados.