Grupos laicos rechazan que la moral sexual católica entre en los colegios
Las asociaciones de padres defienden los materiales de la Generalitat
La cesión de la Generalitat a las presiones de la Iglesia, al permitir que la moral sexual católica entre en los colegios en forma de programa alternativo al de la Consejería de Educación -una iniciativa única en España- recibió ayer críticas desde distintos sectores sociales.
La principal entidad de padres y madres de alumnos de la Comunidad Valenciana, la Confederación Gonzalo Anaya, que representa a unas 900 asociaciones, recordó que "en un estado aconfesional y laico como el nuestro, la escuela financiada con fondos públicos tiene que promover la enseñanza en valores universales como la igualdad, la tolerancia, el respeto y la solidaridad; que el curso de la Iglesia pasa por alto".
Además, reivindicó la continuidad del programa de educación sexual de la Generalitat (el Programa de Intervención en Educación escolar, PIE), necesario "para prevenir enfermedades de transmisión sexual, ayudar a resolver dudas o recibir nociones para vivir la sexualidad de una manera sana y positiva".
El Col·lectiu Lambda, la principal entidad de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales de la Comunidad Valenciana, también reclamó a Educación que no abra las puertas de los colegios a los materiales de la Iglesia por ser "discriminatorios". Sus contenidos "vulneran los derechos fundamentales" al considerar a este colectivo "personas disfuncionales". "Estas afirmaciones están fuera de la legalidad vigente, tal y como reconoce la Ley Orgánica de Educación", que establece que uno de los fines de la educación es "el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual".El mayor triunfo de la cesión de la tutela de los programas de educación sexual de la Generalitat al arzobispado fue celebrado ayer por distintos grupos católicos conservadores, como Provida y el Foro de la Familia, que defendieron la competencia de la Iglesia en materia de educación sexual. "La Iglesia católica tiene todo el derecho a ejercer su magisterio en todos los ámbitos de la enseñanza y, por su puesto, la educación afectivo sexual no es menos", afirmó Fermín Palacios, el secretario general del Sindicato Independiente, sin presencia en el sector de la enseñanza.
La "necesaria presencia" del programa del arzobispado "tanto en colegios públicos, concertados o religiosos" fue la bandera escogida por el vicepresidente del Foro Valenciano de la Familia y de la Asociación Valenciana para la Defensa de la Vida (que cuenta con numerosos miembros del Opus Dei), Vicente Morro. Morro salió al quite de las críticas de las organizaciones civiles y educativas más representativas y defendió el imperativo de que "era necesario [el manual sexual de la Iglesia] para evitar la imposición del modelo único".
El modelo único al que se refiere es el reconocimiento a la "diversidad social y sexual" garantizados por la Constitución, la Ley de la Juventud y la Ley Orgánica de Educación (LOE), como ayer recordó el Col·lectiu Lambda de gais, lesbianas y transexuales. Lambda considera un ataque a los derechos fundamentales la consideración que hace el manual de "familias disfuncionales". Esta concepción deja sin amparo a los escolares hijos de parejas o matrimonios gais o monoparentales, lo cual atenta contra "sus derechos fundamentales", insistió Lambda, que amenazó con acciones si la Consejería de Educación persiste en su permisividad con la entrada de este manual en los colegios públicos o concertados.
Provida considera que cada vez más "la cultura dominante impone un modelo de educación sexual destinado a población cada vez más joven, por eso es necesaria dar una alternativa con una enseñanza en valores", desde los cinco a los 14 años, precisó.
Para "dignificar la educación sexual", la Asociación Educa en Libertad (Vael) instó a "lanzar una propuesta que enseñe a nuestros jóvenes a descubrir que la educación sexual no se ciñe a la genitalidad, el placer o la profilaxis, sino que contiene valores como respeto, dignidad, entrega o donación mutua". Valores que, a juicio de Vael, están al margen del resto de tipos de familia y de relaciones sexuales.
El revuelo provocado por la aquiescencia de la Consejería de Educación valenciana a autorizar la impartición de unos materiales encargados expresamente por el arzobispado para neutralizar los Programas de Intervención en Educación Escolar (PIES) -que elaboran técnicos de la Consejería de Sanidad- enfrentó ayer a la Asociación de Amas de Casa Tyrius con las madres y padres de alumnos de Confederación Gonzalo Anaya, presentes en la escuela pública.
"Me parece una medida fenomenal, porque es en los colegios -aparte de en la familia- donde se debe impartir una correcta educación a los niños", afirmó Asunción Francés, presidenta de Tyrius, una asociación vinculada desde su nacimiento al Partido Popular (PP). María José Navarro, la presidenta de la Gonzalo Anaya, defendió por el contrario "la necesidad educación sexual científica" en las escuelas.
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