"El taconazo fue mi esencia"
A los futbolistas les pasa como a las sociedades de consumo. Cuanto más dinero manejan, más temores esconden. Al calor de una industria que crece y se sofistica, en las últimas décadas han proliferado los jugadores prudentes. Los que procuran no hablar, los que prefieren pasar inadvertidos, los que eligen obedecer al entrenador hasta para cortarse las uñas antes que hacerse cargo de sus propias decisiones. Cada vez resulta más raro encontrar figuras dispuestas a tomar la iniciativa en el campo de juego sin pensar en lo que dirá el técnico, el presidente, el director general de márketing, el público, o la prensa. Cada vez se hace más difícil encontrar futbolistas como José María Gutiérrez, Guti.
"Era lo más fácil. Cuanto más sencillo se juega, mejor para el fútbol"
"Esa jugada resume mi carrera en el Madrid. Me recordarán por mis pases"
"Soy un bohemio de la vida en general, un solitario que prefiere evitar a la multitud"
Hace un año en Riazor, Guti, (Torrejón, 1976) inscribió su manifiesto y su testamento como madrididsta. Le tomó unos segundos. Lo que tardó en desmarcarse hacia la derecha y recibir un pase raso de Kaká, que le encontró poco perfilado, bajo el hostigamiento de Juca y frente al portero Aranzubia en el área grande del Deportivo. Optó por dar un pase de gol hacia atrás con el recurso extremo del taconazo con la zurda. Fue su última asistencia en el Madrid antes de irse al Besiktas. Fue gol de Benzema y mucho más. En el fútbol hay gente que será recordada por sus títulos o por sus récords. A Guti los hinchas le recordarán por mucho más que eso. El taconazo fue el sello de un jugador comprometido con su independencia, que ayer levantó el teléfono en Estambul para evocar su obra con emoción contenida antes del Deportivo-Madrid de hoy (22.00, La Sexta), que el exmadridista comentará en directo en la Cadena SER.
Pregunta. ¿Aquel taconazo fue un lujo o fue una solución de emergencia? ¿No cree que si hubiera intentado rematar le habría resultado complicado meter el gol?
Respuesta. Creo que sí. Porque Kaká me da un pase muy bueno desde la izquierda, pero Aranzubia sale y me tapa bien. No deja mucho ángulo. Además, el balón me viene para la pierna derecha y por la izquierda cierra un defensa. En ese momento veo por el rabillo del ojo que Benzema me sigue. Si se la doy de tacón no es porque sea más estético. Es porque intento que la jugada acabe en gol y trato de buscar la solución más fácil posible. Ese taconazo fue lo más fácil que podía hacer entonces.
P. Parece una contradicción...
R. Pero en ese momento considero que el taconazo es lo más práctico. Cuanto más sencillo se juega, mejor para el fútbol.
P. ¿La jugada le define?
R. Me retrata perfectamente como futbolista. Resume lo que ha sido mi carrera en el Madrid. He sido un jugador que siempre intentó hacer un fútbol bonito y práctico. Es la esencia de muchos años. Al fin y al cabo me recordarán por mis pases de gol. Y este es otro pase. Solo que lo doy con el tacón.
P. El exfutbolista argentino Diego Latorre dice que su taconazo fue un monumento. Una obra de arte. Y que usted es un bohemio del fútbol. ¿Se siente un bohemio del fútbol?
R. Soy un bohemio de la vida en general. He atravesado por momentos buenos y malos, y he dado muchos pases importantes que ayudaron a conseguir cosas. Pero este pase y este gol lo llevaré siempre dentro mío porque me recuerda a mi último momento bueno con el Madrid.
P. ¿Cómo definiría el concepto de bohemio?
R. Un bohemio es alguien a quien le gusta mucho estar en casa. Un bohemio es un solitario que prefiere evitar a la multitud. Alguien que en un momento puede sentirse absolutamente pleno y feliz y a las dos horas sentirse el hombre más desafortunado del mundo. Pero que siempre intenta vivir intensamente y ser coherente consigo mismo.
P. ¿Se siente orgulloso de todo eso?
R. Yo no me he traicionado. He sido fiel a mí mismo dentro y fuera del campo. Quizás eso me ha llevado a cometer errores. Pero, ¿quién no los comete?
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