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Elecciones municipales

Gasto social e inversión productiva contra la crisis

Ayuntamientos de distinto tamaño y signo político dan su receta económica

Contra la crisis, captación empresarial. No hay contrasentido. Al menos así lo explican los concejales responsables de Hacienda de tres Ayuntamientos gallegos, de diverso tamaño y gobernados por partidos diferentes.

En el pequeño municipio ourensano de Vilar de Santos (900 habitantes) el alcalde, el nacionalista Juan Antonio Jardón, asume las competencias de Hacienda. Con un presupuesto habitual de 600.000 euros, Vilar de Santos ha visto como se disparaban sus arcas este año hasta alcanzar los 1,2 millones de euros.

El Ayuntamiento tenía en el punto de mira la remodelación del casco histórico para atraer a los jóvenes. La negativa del Gobierno de Feijóo a colaborar cortó las alas al proyecto de reforma en profundidad de esta zona antigua. Pero el senador por el BNG Xosé Manuel Pérez Bouza consiguió la partida del Gobierno central mediante una enmienda a los Presupuestos Generales de 400.000 euros.

El equipo que encabeza Jardón se ha empeñado en mantener la calidad de vida de los vecinos a través de la modernización de los servicios públicos. "De lo que más orgullosos estamos es del gasto social", explica el alcalde las iniciativas de su grupo de gobierno del BNG, que ofrece banda ancha a sus habitantes, centro de salud y de día. Pero la mayor parte de los ingresos proceden de la creación de suelo industrial. El polígono fue "un esfuerzo que genera recursos económicos", sostiene satisfecho el regidor, mientras apunta que el 60% de los presupuestos se destina a inversiones y solo el 22% a gasto de personal. Y no hay deuda.

La misma filosofía que comparte la concejala de Hacienda de A Coruña (250.000 habitantes), la socialista Carmen Marón. La crisis hace mella, pero el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE ha incrementado su presupuesto en un 21% . Gracias también a la inversión en un nuevo polígono.

A Coruña asegura que ha decidido mimar los servicios sociales en época de crisis. Emergencia social, ayuda a domicilio, escuelas infantiles municipales como soporte para ayudar a conciliar la vida laboral, o comidas a domicilio para dependientes, son algunas de las prestaciones de las que presume la concejala. Junto a ellas, el innovador cheque de restaurante para mayores de 65 años con rentas inferiores a los 900 euros.

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Con un presupuesto consolidado de 277,15 millones de euros y con los impuestos municipales congelados, A Coruña -con una deuda del 34,70%- capea el temporal y recauda ingresos mediante la "inversión productiva que supone modernizar la ciudad".

En el municipio pontevedrés de Lalín (21.400 habitantes), gobernado por el PP, han optado por priorizar en el mantenimiento de alumbrado, recogida de basura y suministro de agua. Con un presupuesto de 15,4 millones de euros y un endeudamiento del 37%, el Gobierno local destaca a través de un portavoz -el concejal de Hacienda, Manuel Gómez, dice que no atiende a la prensa- que centra sus esfuerzos en actividades de apoyo a la actividad productiva y fomento del empleo, como la rehabilitación del Pazo de Liñares y saneamientos en el rural. El capítulo de inversiones se lleva 3,3 millones y los gastos en personal "se redujeron en 600.000 euros".

De la misma forma que los gobiernos locales de Vilar de Santos y A Coruña, el de Lalín sostiene que sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida de sus vecinos se centran en la obtención de suelo industrial y, especialmente, en la consecución de terrenos para la construcción de un centro de alta resolución (CAR), junto con las obras de traídas y saneamientos.

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