Mou, ante los fantasmas del Madrid

Sarcástico y con esa seguridad en sí mismo que le distingue de los mortales. Así se mostró José Mourinho en su rueda de prensa a la carta en las horas previas a enfrentarse a los fantasmas europeos del Madrid precisamente en Lyon, escenario de sus últimos desvelos. El equipo español no ha podido ganar a su rival francés en los seis partidos en los que se han enfrentado en la Liga de Campeones, dos veces en la fase de grupos y una en los octavos de final, barrera que no supera en los seis últimos años. El Madrid ni siquiera ha marcado en el estadio de Gerland y no vence fuera de Chamartín en una eliminatoria de la Copa de Europa desde 2002: en el Camp Nou, al Barça, por 0-2.

Son motivos suficientes para despertar cierta inquietud en un vestuario. Pero no parece ser el caso porque Mourinho no ha perdido un segundo en sentar a sus chicos en el diván. Prefiere rebobinar y poner el acento en futbolistas que ya saben lo que es vencer al Lyon, como Carvalho y Cristiano Ronaldo, que lo hicieron con el Chelsea y el Manchester United respectivamente.

"No he hecho nada especial para este partido, del que hemos empezado a hablar hoy [por ayer]. ¿Trabajo psicológico? Nada, en absoluto", dijo el técnico portugués, que concedió el trono presidencial en la conferencia mediática a Zinedine Zidane. El exfutbolista francés, ahora asesor madridista, sí que ha hecho los deberes para la ocasión y ha entregado un informe al club sobre su adversario. "Lo he hecho", sostuvo Zizou, "con mentalidad de jugador y con la ventaja de que tengo la televisión francesa en casa". Mourinho se mostró agradecido: "El Madrid tiene una estructura profesional muy buena, pero Zizou, que empezó a trabajar sobre este partido hace dos meses, nos ha dado un gran informe".

Se supone, a tenor de las palabras de Mourinho, que los futbolistas conocieron ayer los apuntes de Zidane, pero esta vez, en contra de lo habitual, "ni los jugadores saben quiénes van a jugar". "Esta vez solo lo sé yo", subrayó con firmeza, sin aclarar los motivos de tal cambio de hábitos. Incluso se negó a valorar cuestiones tácticas relacionadas con pivotes o trivotes: "Hoy, ni eso". No se hable más.

Entre los planes del entrenador madridista figura alinear a Khedira y Lass como escoltas de Xabi Alonso y dar vuelo a Arbeloa en uno de los laterales. Un molde más defensivo para evitar los sobresaltos del pasado. Manuel Pellegrini, su predecesor, ya lo intentó sin éxito la temporada pasada. Pero Mourinho se fía de Mourinho y sus cruzadas europeas de los últimos años siempre han fortalecido la carrocería de sus equipos llegadas las eliminatorias. Si se decanta por dos medios junto a Alonso, tendría que descartar a Özil o Di María, dando por seguros a Cristiano y Adebayor. Que Benzema no hablara ante sus paisanos es una mala señal para él. Por lo general, el paseíllo previo ante la prensa se reserva a los titulares, salvo que se trate de un regate de Mourinho. En el caso de Arbeloa, Ramos o Marcelo irían al banquillo.

Supuestos, solo supuestos, porque con Mourinho nada es seguro. Llegado un momento crucial, el luso se ha vuelto más hermético. El Lyon, que no podrá contar con el lesionado Lisandro, tiene todo su respeto. Se lo ha ganado con creces pese a que Mou se sienta ajeno a los fantasmas del Madrid.