"El golpe del 23-F se tiene que conocer en los colegios"

Era domingo y su madre se empeñó en que le acompañara al cine a ver The Queen, de Stephen Frears. Fueron a la primera sesión. Ignacio Salazar-Simpson no iba muy convencido, no le interesaba especialmente la narración de la crisis que se vivió en Reino Unido entre el entonces joven primer ministro Tony Blair y la reina Isabel II tras la muerte de Lady Di. The Queen termina con un mensaje televisado de la reina Isabel II. Fue esa imagen la que trasladó a Salazar-Simpson al discurso televisado del rey Juan Carlos en la noche del 23 de febrero de 1981, horas después del inicio del golpe de Estado liderado por Antonio Tejero y Jaime Milans del Bosch, entre otros muchos.

Esa tarde de domingo, nada más salir del cine, el productor madrileño Salazar-Simpson tomó la decisión de hacer una película sobre el 23-F. "El rigor, la objetividad y la distancia que percibí en la historia de The Queen es lo que me ha guiado a la hora de producir este thriller político". 23-F, dirigida por Chema de la Peña, se estrena el próximo miércoles 23, el día que se celebra el 30º aniversario de una fecha en la que, dice el productor, "termina la transición y empieza la democracia".

El productor ha dedicado tres años a reconstruir en el cine la asonada

Ignacio Salazar-Simpson ha elegido Casa Manolo, un lugar a espaldas del Congreso de los Diputados, en el que, después de muchas negativas en los dos últimos años, consiguió el permiso para rodar, al menos unos días, el pasado verano, en el hemiciclo y en el patio del palacio. Conoce bien esta casa de comida casera -sus famosas croquetas, las setas empanadas y, sobre todo, los clásicos huevos fritos con morcilla-, e incluso tiene su rincón especial. No en vano, durante años almorzó aquí cada semana cuando tenía su oficina en una calle próxima. "¡Cuántas veces habré pasado por la puerta del Congreso! ¿Quién me iba a decir que iba yo a hacer una película aquí dentro?", recuerda mientras posa junto a los leones para el fotógrafo.

Han sido tres años de lectura de libros, de examen de documentos, de entrevistas, de revisión de miles de imágenes de la transición española pero, sobre todo, han sido tres años de tesón y cabezonería -"me he convertido en un pesado"-. Mientras moja con gusto un trozo de morcilla en la yema bien amarilla del huevo, Salazar-Simpson explica: "23-F es una película necesaria. En España siempre estamos con eso de si podemos o no hablar de ciertos temas. El golpe de Estado se tiene que conocer en los colegios, los jóvenes de 20 años deben saber lo que habría pasado en nuestro país si hubiera triunfado. La película narra con rigor las 18 horas que transcurrieron entre la llegada del teniente coronel Tejero al Congreso y su salida".

Este productor, que rechaza la que considera politización del cine español y apuesta por más tiempo y dinero para hacer mejores películas, lo sabe casi todo del 23-F y eso que apenas tenía 13 años ese día fatídico. "Mi padre nos convocó a toda la familia, a mis tíos, mis primos. Recuerdo la solemnidad del momento, el salón de mi casa. Los pequeños intuíamos que algo grave pasaba y no sabíamos el qué. Luego me explicaron que esa noche estaban decidiendo qué hacer en el caso de que el golpe no fracasara".