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Mejoran las perspectivas en EE UU

En los últimos tres meses, el consenso de crecimiento económico para 2011 en EE UU aumentó del 2,4% al 3,2%. Este cambio incorpora los efectos de tres factores principales: la segunda ronda de expansión monetaria (QE2) de la Reserva Federal, nuevos estímulos fiscales y la mejora del entorno político.

El QE2 busca aumentar el apetito por activos de mayor riesgo mediante la compra de 600.000 millones de dólares de bonos del Tesoro. Dado que esta medida fue descontada por el mercado desde su inicio y que el monto total del programa fue menor al esperado, su impacto sobre las expectativas de crecimiento es moderado. En contraste, el paquete fiscal aprobado a finales de 2010 introdujo medidas inesperadas que elevaron el monto del estímulo por encima de lo previsto. Esto podría tener un efecto positivo de casi medio punto en el crecimiento de 2011.

El enfrentamiento partidista frenará las leyes pero limitará los riesgos fiscales y regulatorios

Asimismo, el reposicionamiento del Partido Republicano en las elecciones intermedias y la estrategia del presidente de utilizar a su partido como escudo, para mostrar una actitud más conciliadora por encima de los intereses partidistas, ayudaron a disminuir el encono político y a lograr acuerdos a fines de 2010. El presidente reforzó esta estrategia en su más reciente discurso frente al Congreso, con un tono centrista y menos beligerante. Su llamado al bipartidismo marca un giro importante frente a los dos años anteriores y refleja el interés de atraer a los votantes independientes.

La combinación de estos factores ayudó a aumentar la confianza empresarial. Por ejemplo, el índice de expectativas económicas de directores gerentes de empresas alcanzó en el cuarto trimestre de 2010 su nivel más alto desde principios de 2006. Además, entre septiembre de 2010 y enero de 2011, el índice de confianza empresarial del sector manufacturero aumentó cinco puntos y medio, alcanzando su nivel más alto desde mayo de 2004. Lo anterior podría tener un impacto de 0,3 puntos porcentuales en las expectativas de crecimiento.

En un escenario base, los intereses partidistas terminarían en parálisis legislativa. Sin embargo, paradójicamente, este callejón sin salida también limitaría los riesgos fiscales y regulatorios. Esto reduce la incertidumbre que se argumentaba como una de las causas que estaba retrasando la inversión privada. En un escenario alternativo, y por ahora menos probable, la actitud conciliadora se intensificaría ante las elecciones presidenciales de 2012 y ambos partidos buscarían moverse hacia el centro de las preferencias electorales con el afán de convertirse en "el mejor amigo" de la América empresarial. Esto podría generar acuerdos de largo alcance como: disminuir los impuestos, aumentar la eficiencia del gasto público, reducir el coste del sistema de salud, aprobar los tratados de libre comercio pendientes, convertir al sector exportador en un detonador de crecimiento y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Aunque esto parece optimista, el balance de contingencias positivas y negativas está más equilibrado que antes. Un mayor entusiasmo para la inversión y el empleo llevaría a una revisión adicional al alza en las expectativas de crecimiento.

Nathaniel Karp es economista jefe para EE UU de BBVA.

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