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El PP de Gondomar, contra un parque eólico de la Xunta

Los populares impulsan cambios urbanísticos para impedir el proyecto

El concurso eólico de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo han destapado un opositor en sus propias filas. Se trata de los ediles de Gondomar que se presentaron por el PP en las últimas elecciones y que ahora gobiernan el ayuntamiento tras una moción de censura presentada en 2009 con cuatro tránsfugas del PSOE. Los concejales, que siguen funcionando como si pertenecieran al PP aunque solicitaron la baja justo antes de la moción, se han puesto del lado de la comunidad de montes de Vincios, propietaria de los terrenos del monte Galiñeiro donde el Gobierno gallego ha adjudicado 39 megavatios a la empresa Terra do Vento.

El rechazo al proyecto, que afectaría además al petroglifo más grande del norte peninsular, se explicitó en un pleno extraordinario en el que todas las fuerzas políticas aprobaron incluir en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) una protección especial de la zona que impediría la instalación de los molinos. Una unanimidad que contrasta con el tenso ambiente político que se vive en esta localidad, en la que, en verano de 2009, los populares desalojaron de la alcaldía al BNG con el apoyo de los tránsfugas del PSdeG y un edil independiente.

El nuevo Plan Xeral dota de protección la sierra donde irán los molinos

El regidor, Martín Urgal, que también se presentó en las listas del PP, es consciente de que el acuerdo puede quedarse en una proclama sin efectos prácticos. Es el Gobierno gallego, a través de la Consellería de Medio Ambiente, el que debe aprobar el PXOM, y tiene potestad para reclamarle al Ayuntamiento las modificaciones que considere. Precisamente, hace unos días el equipo del Gobierno local presentó el documento, con la protección para la Serra do Galiñeiro incluida, a la consellería, que tiene dos meses para analizarlo.

Con todo, el alcalde recalca su apoyo "moral y material, si se puede" a los vecinos y se compromete a "no dejarlos colgados". Aunque no ha tenido contactos con el Ejecutivo gallego, no los descarta "si las cosas se pusiesen feas". Un discurso que intenta conciliar con el acatamiento a las políticas del PP. En este sentido, remarca que no quiere "ningún problema" y que es la Xunta la que "tutela todo el proceso". En principio, el plazo para que la empresa decida la realización del proyecto asociado, su monetarización o, por el contrario, la renuncia a los megavatios concedidos terminó el 31 de enero, pero el Gobierno no ha difundido esta información.

Más combativa se muestra la comunidad de montes, que agotará todas las vías para evitar el parque. Si la empresa asume finalmente el proyecto, exigirá a través del Parlamento una "decisión política" que anule la concesión de la Consellería de Economía e Industria. En caso contrario, acudirá a los tribunales. "La batalla será larga", advierte Alberto Covelo, presidente de la comunidad, quien recuerda que en 2002 ya consiguieron que la explotación del monte que realizan prevaleciese sobre la construcción de una granitera. No obstante, es consciente de que en esta ocasión será más complicado, puesto que la energía se considera un bien de interés público. La decisión final le correspondería a un juez, en un proceso que se podría demorar varios años.

De momento, Industria recalca que la zona es "apta" para la instalación de los 13 molinos de 150 metros, que, según el Instituto de Estudos Miñoranos (IEM) -uno de los más de 20 colectivos que conforman la Plataforma pola Defensa do Galiñeiro-, están recogidos en el anteproyecto de la empresa. Fuentes de Industria se justifican en que la zona no es Red Natura ni está previsto que lo sea. "Claro, primero colocan los parques y luego, donde sobra, trazan la Red Natura", replica Xose Lois Vilar, del IEM.

Así, Vilar y su compañero Xilberte Manso inciden en el impacto que tendría la instalación de los aereogeneradores en O Galiñeiro, un "icono" visible desde "cualquier punto del sur de Pontevedra". Explican que los molinos se colocarían a una altura de 600 metros, de forma que su parte más elevada superaría los 700 metros que alcanza el pico más alto de la montaña.

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