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Juan Barberá da las noticias en la Fundación Chirivella

"Son cuadros para ser leídos", explicó ayer el pintor Juan Barberá (Valencia, 1954) antes de mostrar las pinturas de la exposición A pulso, que ayer se inauguró en la sede de la Fundación Chirivella Soriano de Valencia. Cuadros narrativos que ha pintado con una actividad febril desde verano de 2010 y que han supuesto un cambio radical en su arte. "Son páginas de un libro abierto, historias de utopía", manifestó, con las que pretende sugerir "intriga, misterio, misticismo e ironía" y que en el fondo constituyen su particular manera de interpretar el mundo. Es decir, la realidad cotidiana, la que percibe en los diarios, en las fotografías de actualidad, en la televisión, y que es la que luego interpreta en sus cuadros, algunos de gran formato. Una manera muy particular de dar las noticias, la suya, en la que mezcla distintas realidades en permanente contraste.

"Se me han aparecido todos mis fantasmas", dijo Barberá para explicar la mutación de su estilo -"¿me repito a mí mismo? ¿quiero mejorar?", fueron sus preguntas previas-, y mencionó a esos fantasmas: Hockney, Velázquez, Ribera, Goya, Sorolla, la vanguardia italiana... Una exposición en la que además se ha recreado en el color sin olvidar su paleta de grises.

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