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Crónica:ESPANYOL 0 - VILLARREAL 1 | FÚTBOL | 21ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Rossi pone el lazo a un gran partido

El Espanyol no se resiente de las ventas, pero cae ante el toque del Villarreal

Jordi Quixano

Puro fútbol, intercambio de golpes con el balón como único protagonista. Triunfo del Villarreal, que tiró de Rossi y de su juego de toque sobre el energético y nada conservador Espanyol, de infinita movilidad en posiciones avanzadas pero escaso tino en el remate.

Eléctricos y desenfadados, el Espanyol y el Villarreal se batieron en un duelo sin tregua, en un encuentro de fútbol mayúsculo. Con la hoja de ruta definida, que no es otra que la de salvaguardar el balón y jugar por raso, ambos equipos fueron al abordaje; atacaron con todo, con seis jugadores y ningún miramiento. Una apuesta deliciosa que provocó los contragolpes. Pero acertados los porteros, engrandecidos los postes y, sobre todo, desafortunado Sergio García, las redes tardaron horrores en moverse. Hasta que Rossi, que no entiende de titubeos, aclaró quién manda en el área.

ESPANYOL 0 - VILLARREAL 1

Espanyol: Kameni; Chica, Amat, Forlín, David García; Márquez (Galán, m. 60), Duscher (Álvaro, m. 60); Luis García, Verdú, Callejón; y Sergio García (Dátolo, m. 71). No utilizados: Cristian Álvarez, Javi López, Iván Alonso y Molina.

Villarreal: Diego López; Mario, Gonzalo, Marchena, Capdevila; Cani (Cicinho, m. 72), Borja Valero, Bruno, Cazorla (Joan Oriol, m. 90); Marco Ruben y Rossi (Musacchio, m. 92). No utilizados: Oliva, Català, Matilla y Nilmar.

Gol: 0-1. M. 44. Cazorla asiste a Rossi, que define desde el vértice del área chica.

Árbitro: Turienzo Álvarez. Mostró la cartulina amarilla a Duscher, Rossi, Kameni, Borja Valero, Mario y Diego López.

24.244 espectadores en Cornellà-El Prat.

Criticado el Espanyol desde las gradas por vender a dos piezas clave como el central Víctor Ruiz (Nápoles) y el lateral Dídac (Milan), el equipo desmintió que no hay repuestos de garantía. El zaguero Amat, tan elegante como eficaz, tiene el futuro en sus pies; y David García tiene arrugas, carrilero fijo del equipo en el último lustro. El problema del Espanyol no fueron los traspasos, sino las ausencias, los lesionados Baena y Osvaldo. Entre otras cosas, porque Duscher, siempre impulsivo y de entrada a destiempo, vio una tarjeta amarilla de buenas a primeras; y porque Sergio García no tiene gol. Otra cosa es Rossi, que pone la bola donde clava la vista.

Para el Villarreal es prioritario esconderle la pelota al contrario. A ratos, el equipo toca y toca con una velocidad vertiginosa, como si el cuero rebotara en los muelles de un pinball. Una maravilla de circulación que deshilacha a cualquiera. No necesita siquiera la profundidad por los costados, por lo que le alcanza con un último pase al desmarque de Rossi, el punto final al juego colectivo. Como esa asistencia medida de Cazorla que dejó en el vértice del área chica al delantero, que reventó la pelota para colarla por la escuadra más cercana.

De lado a lado, sin que los contendientes renunciaran a su fútbol ofensivo, se sucedieron las ocasiones. La tuvo Gonzalo, que atendió a la prolongación de un córner y, reacio a sacudirse de encima su gen de zaguero, la envió alta cuando lo fácil era meterla. Replicó Sergio García con un disparo a la manopla de Diego López y por extensión al palo. Kameni desbarató otro chut lejano de Rossi. La misma suerte que corrió en su disparo Márquez. Se pronunció Marco Ruben con un remate al larguero. Y persiguió la gloria Álvaro con un testarazo torcido. Pero bastó con la puntería de Rossi. Derrota de un Espanyol que sigue entero por más que se diga lo contrario; y victoria del Villarreal, que se reafirma en los puestos dorados de la tabla.

Rossi celebra el gol.
Rossi celebra el gol.REUTERS

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