Madres
Puede que las enérgicas madres tigre de China tengan algo que enseñar a los políticos estadounidenses sobre el modo de imponerse más, como el columnista de Reuters Breakingnews James Pethokoukis sostenía en esta publicación. Esta madre china iría más lejos: las madres estadounidenses tienen mucho que enseñar a sus hermanas chinas sobre ir de compras y relajarse.
Pekín trata su economía de la misma forma que la escritora Amy Chua cree que las madres tigre crían a sus hijos; empleando una disciplina rigurosa para garantizar la excelencia académica. Pero que todo sea trabajo sin nada de diversión hace que China esté desequilibrada. Los datos publicados el 20 de enero muestra que el consumo solo proporcionó algo más de un tercio del crecimiento del PIB en 2010, el valor más bajo en siete años.
Mientras tanto, la inversión, impulsada por el gasto público, aumentó hasta representar más de la mitad del crecimiento. Pero, al igual que las preocupaciones por las notas escolares, el elevado peso de la inversión debería ir reduciéndose con la edad. A medida que China madura, el valor marginal de la nueva construcción disminuye. Ya tiene la línea de metro más larga del mundo y algunos de los rascacielos más altos del planeta.
El exceso de inversión puede acarrear sus propios problemas. Primero, dicho gasto tiende a ser desigual a medio plazo, mientras que el consumo generalmente se considera más estable. Segundo, hay un alto riesgo de despilfarro. Las lecciones de piano caras no siempre producen pianistas; las nuevas ciudades no siempre encuentran habitantes dispuestos a vivir en ellas.
China tiene que aprender que la búsqueda de la diversión también es importante. Si los chinos compran, se miman y viajan más, la aportación del consumo al PIB debería aumentar y el gigantesco déficit comercial debería disminuir, lo que conduciría a unas mejores relaciones con países como Estados Unidos. El 20 de enero, los congresistas han estado dándole la lata al presidente chino Hu Jintao a propósito de esos desequilibrios.
Pethokoukis lleva razón al decir que los políticos estadounidenses pueden aprender de las madres tigre. También tienen desequilibrios, y los sacrificios desagradables son la única forma de corregirlos. Pero esperemos que los funcionarios chinos puedan fijarse en las madres de EE UU y aprender una lección diferente: ser alguien realizado a veces es mejor que ser alguien consumado. -
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