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Entrevista:BILAL HAFEEZ | Responsable global de análisis sobre divisas de Deutsche Bank | Economía global

"El coste de romper el euro sería tan grande que nunca ocurrirá"

David Fernández

Bilal Hafeez se incorporó a Deutsche Bank en 2002, donde es director general y responsable global de Análisis en Divisas. Bilal es la persona responsable de emitir la visión del banco sobre todas las divisas a nivel internacional.

Pregunta. En 2010 varios países intervinieron en el mercado para frenar la revalorización de sus monedas. ¿Cree que en 2011 se puede recrudecer la denominada como guerra de divisas?

Respuesta. Creo que habrá movimientos en determinados países, especialmente en los emergentes, que tratarán de limitar la fortaleza de su divisa. Sin embargo, considero que la palabra guerra es demasiado agresiva. No pienso que se tomen medidas tan extremas, pero sí habrá movimientos en países como Brasil, Corea o Sudáfrica para frenar la apreciación del tipo de cambio. Sin embargo, en los grandes mercados (euro, dólar, yen) no preveo demasiada intervención.

"Hablar de una guerra de divisas me parece demasiado agresivo"
"Nuestra previsión ve al euro moverse este año entre 1,25 y 1,40 dólares"

P. ¿Cree que China dejará que la cotización del yuan se aprecie?

R. En mi opinión, lo hará. Pekín, según nuestras previsiones, dejará que su moneda se aprecie entre un 5% y un 6% en relación con el dólar este año. Esto quiere decir que somos más alcistas sobre el yuan que el consenso del mercado, donde la estimación es que la subida sea solo de entre el 1% y el 2%. Ahora mismo la razón de dejar que el yuan se aprecie es más económica que política y está relacionada con el hecho de que su economía crece a buen ritmo, lo que genera alta inflación. Eso significa que deben endurecer las condiciones monetarias en el mercado doméstico. En el pasado lo que han hecho para contener los precios ha sido endurecer las condiciones para acceder a préstamos bancarios y subir los tipos de interés. Son todas medidas de una misma estrategia.

P. ¿Cree que el impacto del Quantitative Easing II ya está recogido en el precio del dólar?

R. Pienso que la mayor parte del impacto de la relajación cuantitativa ya ha sido cotizado por el dólar. Ahora de lo que se trata es de medir el efecto que una hipotética tercera ronda del Quantitative Easing podría tener en la divisa. Considero que un nuevo paquete de medidas por parte de la Reserva Federal consistiría en nuevas compras de bonos, pero para que eso llegue a ocurrir deberíamos ver un crecimiento mucho más débil en la economía estadounidense. Si eso no ocurre pensamos que la Reserva Federal finalizará el QE2 en junio y mantendrá sin cambios los tipos de interés hasta finales de 2011, cuando podría empezar a encarecer el precio del dinero. Si la economía no repunta podrían plantearse una nueva ronda del QE, pero aún es demasiado pronto para pensar en ese escenario.

P. En la crisis de deuda soberana de los países de la periferia europea, ¿el euro ha sido una ayuda o más bien ha sido un lastre?

R. Ahora mismo, por ejemplo, para un país como España no tiene ningún sentido abandonar la moneda común. Sería un tremendo error porque si decidiera salir del euro lo que ocurriría automáticamente es que las deudas del Estado, los bancos y las empresas seguirían denominadas en euros, pero sus ingresos se efectuarían en una moneda mucho más débil como la peseta. Además, el diferencial entre el bono español y el alemán fuera del euro sería mucho mayor.

P. ¿Se ha puesto en riesgo la viabilidad de un sistema cambiario común en Europa?

R. Mucha gente fuera de Europa, particularmente en EE UU, piensa que el euro está en riesgo como sistema. En cambio, yo no veo grandes amenazas. Si el euro desapareciera el impacto en el sistema financiero mundial sería muchísimo más severo que el que tuvo la quiebra de Lehman Brothers. El coste de romper el euro sería tan grande que los políticos procurarán que no ocurra nunca.

P. ¿Comparte la idea de que el euro necesita una mayor cooperación entre países armonizando algunas políticas, principalmente los temas fiscales?

R. Es necesario. La única forma de resolver los problemas del sistema es estar más próximos, tener una cooperación fiscal. La posibilidad de tener un sistema fiscal integrado en Europa aún está lejos, pero parece inevitable una mayor coordinación de los programas. De hecho, esa tendencia ya está ocurriendo.

P. En España existe la sensación de que el valor del euro tiene una gran correlación con los intereses de Alemania. ¿Comparte esta idea?

R. No estoy seguro de que la cotización esté guiada por Berlín. Es indudable que las grandes economías, Francia y Alemania, tienen una notable influencia en el euro, pero al final, si se observa el mandato del BCE este se centra en el control de precios y en la oferta monetaria. Eso significa que este organismo mira a Europa en su conjunto y no solo vela por Alemania, ya que si fuera por esta el BCE ya habría subido los tipos de interés porque crece a gran ritmo y su tasa de desempleo ya es inferior al estallido de la crisis. Es indudable que este país tiene una gran influencia, pero, en el fondo, el euro es un proyecto europeo.

P. ¿Habría que modificar los estatutos del BCE para que entre sus prioridades también estuviese el crecimiento y el euro?

R. La historia nos demuestra que la estrategia del BCE de centrarse en la inflación ha resultado ser bastante efectiva. Centrarse en la oferta monetaria significa también vigilar de cerca el precio de los activos financieros, dificultando así la creación de burbujas. Es muy importante para la credibilidad de un banco central tener bajo control la inflación. Cumplir con ese mandato beneficia a la divisa. En EE UU, por ejemplo, la Reserva Federal sigue muy de cerca el crecimiento, desatendiendo en ciertos momentos la evolución de los precios.

P. ¿Cuál es su previsión para el cambio euro-dólar en 2011?

R. La moneda europea se moverá en un rango comprendido entre 1,25 dólares y 1,40 dólares.

P. ¿Contemplan la posibilidad de niveles inferiores para el euro si hay un nuevo rebrote en la crisis de deuda soberana?

R. Las miradas están puestas ahora en España. Por eso pensamos que en la primera parte del año el euro se moverá cerca de la parte baja de nuestra banda de cotizaciones. Si la situación se agravase, el euro se iría por debajo de 1,2 dólares, pero pensamos que España no es un problema.

P. ¿Cómo cree que evolucionarán las otras grandes divisas?

R. En el caso del franco suizo, pensamos que mostrará debilidad frente al euro, su cotización actual ofrece síntomas de sobrevaloración. Respecto a la libra somos más neutrales y pensamos que podría moverse en un rango entre 0,8 libras y 0,9 libras por euro. Si Europa tiene problemas, la situación no es mejor en Reino Unido, principalmente en lo que se refiere a la inflación.

P. Respecto al yen, ¿se muestran bajistas o alcistas?

R. Nuestra visión es alcista, nos gusta mucho el yen. Vemos recorrido porque Japón tiene superávit en su balanza por cuenta corriente y porque sus tipos reales son positivos.

P. En 2010 la volatilidad en el mercado de divisas fue muy alta. ¿Prevén que este escenario se mantenga en 2011?

R. Habrá episodios de volatilidad, aunque quizás sean menos intensos que el año pasado. En 2010 vivimos el estallido de la crisis de deuda en Europa y los primeros coletazos de cualquier crisis siempre generan más incertidumbre y desconcierto. -

Bilal Hafeez, principal analista de divisas de Deutsche Bank, visitó Madrid esta semana para reunirse con clientes de la entidad.
Bilal Hafeez, principal analista de divisas de Deutsche Bank, visitó Madrid esta semana para reunirse con clientes de la entidad.SANTI BURGOS

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
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