El Supremo dirime tres fallos del TSXG contradictorios
Las sentencias se refieren al despido de seis estibadores del puerto de Vigo
Fue una huelga con mucho eco por la penosidad que arrostraron cuatro de sus seguidores, los que se encaramaron a la doble cabina de una grúa del puerto, donde permanecieron durante seis días sin comer ni beber y soportando temperaturas gélidas. La protesta, suscitada por el "despido objetivo" de nueve estibadores, el 4 de diciembre de 2009, cesó por el compromiso de la empresa, Termavi, y de la presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo, Corina Porro, de facilitar la jubilación anticipada a tres de los despedidos y recolocar a los otros seis con empleos análogos en otras empresas de la estiba portuaria. Nada se ha cumplido. Y mientras, los procedimientos judiciales han llegado al Tribunal Supremo, que dirimirá las sentencias contradictorias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) sobre el asunto.
Cuatro hicieron una penosa huelga de hambre en la cabina de una grúa
Los 67 empleados de Terminales Marítimas de Vigo (Termavi) fueron a la huelga por el "despido objetivo" de nueve compañeros a los que la empresa comunicó su decisión a bote pronto, alegando causas técnicas y organizativas y reconociendo su improcedencia, por lo que les ofreció la indemnización correspondiente. Seis de los despedidos estaban afiliados a UGT y CIG, que atribuyeron la medida a "un ajuste de cuentas por defender [los despedidos] el convenio y los derechos laborales" y promovieron encierros en la Autoridad Portuaria y en la Delegación de Trabajo mientras cuatro de ellos se subían a la grúa para hacer huelga de hambre.
El conflicto impidió la descarga de ocho buques y el movimiento de unos 3.000 contenedores, según la Autoridad Portuaria. Como amenazaba ir a más, Termavi y Porro facilitaron un arreglo: no se readmitiría a los despedidos, objetivo principal de la movilización, pero no habría represalias mayores por la ocupación de la grúa y de las dependencias oficiales y se les permitiría continuar sus demandas judiciales.
Tres sentencias del Juzgado de lo Social número 1 de Vigo, que agruparon los casos de seis de los despedidos, desestimaron sus demandas y absolvieron a Termavi: los despidos eran procedentes, sentenció, al estar acreditadas las causas organizativas que los motivaron.
La Sala de lo Social del TSXG, pese a que los hechos, el relato y el abogado eran los mismos, confirmó en un caso, el 8 de noviembre de 2010, la sentencia de Vigo, y la revocó en los otros dos, con fechas de 12 de noviembre y 20 de diciembre, declarando los despidos nulos por no haber sido comunicados en forma al comité de empresa. Los tres procedimientos están ahora pendientes de casación en el Supremo, cuya doctrina fundamentó la nulidad de los despidos.
Porro incumplió su compromiso
Termavi aisló y cortó el suministro eléctrico a la grúa en cuya doble cabina, al borde del mar y a 45 metros de altura, se habían encaramado cuatro de los despedidos para hacer allí huelga de hambre. Las temperaturas eran gélidas. UGT acudió al juzgado a pedir para ellos "unas condiciones humanitarias básicas": agua y azúcar y calefactores. No hubo lugar a respuesta porque llegó antes, después de seis días de hambre, el acuerdo, que se alcanzó gracias a la medidación de la presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro, alarmada por los quebrantos que el conflicto estaba ocasionando en el tráfico de contenedores, y que prometían ser mayores, y por el espanto social que inducían las condiciones en que se encontraban los huelguistas de la grúa.
La empresa mantuvo los nueve despidos, pero eximió de responsabilidad a los cuatro huelguistas por ocupar la grúa y consintió que prosiguieran sus demandas judiciales. A tres se les facilitaría la jubilación anticipada y, con el compromiso específico de Porro, los otros seis serían recolocados en febrero de 2010 en otras empresas portuarias, con empleos análogos a los que tenían. Nada se ha cumplido, y la Autoridad Portuaria tampoco responde ahora a la pregunta de qué fue de aquel compromiso.
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