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Los ex gerentes de Doñana plantan a la Unesco porque solo les concedía 20 minutos

La primera jornada de inspección de la Unesco al Espacio Natural de Doñana se cerró ayer por la noche con ocho reuniones en cadena y la presentación de decenas de informes. El informe oficial de la visita no estará elaborado hasta dentro de al menos dos meses.

Los tres representantes de la Unesco, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el convención Ramsar de protección de los humedales, tomaron nota de cuanto explicaron los agentes implicados: la actual dirección del parque, representantes del Gobierno central y de la Junta de Andalucía, agricultores y cuatro asociaciones ecologistas -WWF, Oceana, Ecologistas en Acción y Greenpeace-. Por la tarde, el representante de la convención Ramsar, Delmar Blasco, señaló que las denuncias expuestas hasta ayer por los ecologistas "no son tan graves" como para que Doñana pueda perder alguna figura de protección o su inscripción en los convenios internacionales, informó Efe.

El Club Doñana, formado por un ex gerentes del Parque y presidido por Jesús Vozmediano, miembro del antiguo patronato durante 25 años, renunció en el último momento a sus 20 minutos de reunión y anunció la presentación ante la ONU de una denuncia por la posible vulneración del convenio Aarhus, en vigor desde 2001 y firmado por más de 40 países, que reconoce el derecho a la información y a la participación pública en los procesos de toma de decisiones gubernamentales en materias que afecten al medio ambiente. "Nosotros somos los denunciantes y nos dan 20 minutos. Es absolutamente ridículo", declaró Vozmediano: "Habíamos propuesto un día entero para llevar a la comisión a los lugares de las grandes agresiones".

Cada una de las sesiones de ayer aportó información que será usada para el dictamen final sobre la conservación del parque. Los ecologistas se mostraron beligerantes contra el caótico uso de agua para cultivos freseros, el dragado del Guadalquivir y el proyecto para el oleoducto de Balboa. Los regantes aseguraron que necesitan del terreno para subsistir y que de eso depende la prosperidad económica y social de la provincia. Las Administraciones mostraron su posición delicada entre la protección medioambiental y el desarrollo económico y expusieron a la Unesco el plan de regadíos de la corona norte que, a pesar de los años de retraso, parece satisfacer a los agricultores y, con reservas, a los ecologistas quienes, aún así, exigen mano dura en la ocupación ilegal de terreno. La comisión visita hoy el espacio natural in situ y se reunirá también con los Ayuntamientos del entorno.

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