El PP renuncia a convencer a Cascos para que vuelva

"Las puertas del PP siempre están abiertas para Cascos", había dicho hace sólo tres días Esteban González Pons, aplicando bálsamo en la herida abierta en el partido tras el sonoro portazo de Francisco Álvarez-Cascos, ex secretario general, ex ministro y símbolo del aznarismo. "No perdemos la esperanza de que acabe acordándose de que ésta es su casa", insistía entonces el secretario de Comunicación de los populares. Ayer ya no hubo bálsamo: la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, descartó cualquier "operación" para convencer a Cascos de que vuelva. "No se va a hacer absolutamente nada. [Irse] ha sido una decisión personal suya", zanjó tras la reunión del Comité Ejecutivo.

Eso sí, según Cospedal, la dirección del PP "lamenta profundamente" la marcha del ex ministro, que ha dicho adiós a tres décadas de militancia tras ser apartado por el partido de la candidatura a las elecciones autonómicas en Asturias. Eso, poner freno a las aspiraciones de Cascos, se ha hecho "atendiendo al interés general y el del PP", subrayó Cospedal, sin explicar qué intereses son.

Nadie habló a favor del ex ministro en el Comité Ejecutivo, según uno de los asistentes. Esperanza Aguirre, que horas antes en Tele 5 había lamentado los "errores" cometidos por "todos, incluido el partido", calló luego ante sus compañeros. Sólo la diputada Luisa Fernanda Rudi apuntó que el PP de Asturias debería haber cuidado más las formas (Cascos acusa a los dirigentes asturianos de insultarle durante meses). El presidente del partido, Mariano Rajoy, mencionó, de nuevo, el "interés general" de las decisiones tomadas. Y Cospedal aseguró que los posibles excesos verbales de "ambas partes" serán estudiados por el Comité de Derechos y Garantías.