El Atlético vuelve al psicoanalista
Un gran Hércules vapulea en la primera parte a un rival sin alma y sin ideas
El Atlético vuelve a convertirse en carne de psicoanalista, inmerso en una de esas crisis de personalidad padecidas en los últimos años. No es un episodio aislado sino repetido ya en diversas ocasiones a lo largo de la temporada: un equipo sin ideas ni planes para llevarlas a cabo. Preparado en la primera parte para conservar el empate a cero, con tres mediocentro defensivos -Assunçao, Suárez y Raúl García-, el cuadro rojiblanco recibió una tunda muy dolorosa; liberado de tanto dique en la medular, el Atlético maquilló ligeramente la goleada tras el descanso.
En su cuarto triunfo consecutivo en casa, el Hércules confirmó su bipolaridad en el campeonato: una potencia en su estadio, donde sus delanteros imponen su enorme presencia, y una nulidad fuera del Rico Pérez, incapaz de acercarse a sus goleadores.
HÉRCULES 4 - ATLÉTICO 1
Hércules: Calatayud; Cortés, A. Paz, Pamarot, Peña; Tote (Femenía, m. 63), Abel, Friztler, Thomert (Sendoa, m. 51); Valdez (Rufete, m. 75)y Trezeguet. No utilizados: Velthuizen, Cristian, Portillo y Rodríguez.
Atlético: De Gea; Ujfalusi, Godín, Domínguez, Filipe Luis; Suárez (Fran Mérida, m. 46), Assunçao, Raúl García (Koke, m. 58), Reyes; Costa y Agüero (Forlán, m. 77). No utilizados: Joel, Valera, A. López.
Goles: 1-0. M. 10. Tote. 2-0. M. 22. Valdez. 3-0. M. 31. Thomert. 4-0. M. 44. Trezeguet. 4-1. M. 88. Reyes.
Árbitro: P. Romero. Amonestó a Peña.
25.000 aficionados en el Rico Pérez.
Lastrados por el trivote los rojiblancos fueron incapaces de dar dos pases seguidos
Forlán no entró hasta el minuto 78. Quique pensó en el choque de Copa ante el Madrid
Zurdo cerrado aunque ubicado por el entrenador, Esteban Vigo, a pie cambiado, en el extremo derecho, Tote destrozó al Atlético de Madrid con sus arrancadas desde el centro de campo, sus combinaciones con el lateral derecho Cortés y su picardía para inventarse un gol donde no existía. Todo empezó con una pared con Cortés que le llevó a encarar dentro del área al lateral izquierdo, Filipe Luis, y al central zurdo que lo acompañaba, Domínguez. Frenado por estos en un primer instante, el balón quedó muerto entre los dos defensores y el atacante. Tote decidió atacarlo y disparar a gol sin apenas ángulo, cerca de la línea de gol, y hacia el palo cubierto por De Gea. El portero fue el primer sorprendido. Entre sus guantes y el palo, se le coló la pelota. Y abrió un boquete inmenso en la moral del Atlético.
A partir del gusto exquisito de Tote, el Hércules empezó a tejer un fútbol muy suave que acabaría convirtiéndose en un martillo en los pies de sus dos delanteros, Valdez y Trezeguet. El paraguayo trazó en el disparo una curva perfecta desde la frontal, con la zurda, lejos del alcance de De Gea, su séptimo gol en el torneo. En su noveno tanto, el francés remató de primeras, raso y pegado al palo, también desde la frontal, un pase de Tote desde la izquierda. Trezeguet es lo más parecido a un felino dentro de un campo. Se mueve sigilosamente de aquí para allá, buscando la espalda de un central o de otro, esperando la ocasión para zampárselo. Entre medias, Tholmert ganó la posición a la defensa y cabeceó picado un centro desde la izquierda de Peña.
Todo eso sucedió en la primera parte, la mejor del Hércules tras su regreso a Primera. Un recital con la aquiescencia de un Atlético sin orgullo ni fútbol, lastrado por un trivote en el centro del campo, incapaz de dar dos pases seguidos, con Reyes y Agüero como llaneros solitarios, sin que pudiera percibirse la aportación de Diego Costa. Es un misterio por qué Quique Flores mantiene tanto tiempo en juego al delantero brasileño, muy por debajo de su rendimiento la campaña pasada en el Valladolid.
Sacrificado uno de los mediocentros (Suárez) a favor de un enganche (Fran Mérida), el Atlético volvió del descanso con un equipo más racional, sintiéndose más cómodo con el balón. Y Agüero envió al palo una falta colada por el exterior de la barrera. El segundo cambio de Quique no fue tampoco Forlán, sino el canterano Koke, en lugar de Raúl García, lo que suponía un Atlético muchísimo más ofensivo que el de la primera parte, con dos puntas y tres volantes.
Tampoco eso puso nervioso al Hércules, consciente de que le bastaba con seguir siendo sólido en defensa para defender una victoria histórica. Con la intención de algún otro chispazo para redondearla. De Gea estaba de los nervios y a punto estuvo de comerse también un disparo lejano de Sendoa.
Forlán no entró hasta el minuto 78 y no por Costa sino por Agüero, señal de que Quique ya estaba pensando en el choque copero frente al Real Madrid. Y a pesar del gol postrero de Reyes, en un remate con la derecha, el rostro del técnico madrileño siguió siendo digno de un funeral, sin ganas de pasarse de nuevo por el diván.
"Hicimos una primera parte grosera"
Quique Sánchez Flores acudió a la sala de prensa del estadio Rico Pérez con una mezcla de indignación e incredulidad en su semblante. "Hay que pedir perdón a los aficionados que estuvieron en el estadio y a los que no estuvieron, por la grosería de primera parte que hicimos. Vale cualquier calificativo para lo visto en este primer periodo. Hemos entregado todo lo que un equipo no debe entregar", espetó el técnico rojiblanco.
"Es inexplicable. La sensación era que cada disparo del Hércules iba a ser un gol. Regalamos los dos primeros goles y a partir de ahí fue muy difícil remontar. Los chicos han reflexionado e intentaremos que no vuelva a ocurrir", añadió.
El Atlético de Madrid afronta el jueves el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey ante el Real Madrid en el Bernabéu. Quique analizó con optimismo el margen de recuperación de su equipo a tres días del derbi: "Hay que volver a organizar el equipo y volver a ser los que fuimos hace muy poco tiempo. Este es el mismo grupo que jugó tres finales y ganó dos títulos. Trabajamos en la misma dirección de siempre y cuando ocurren accidentes como este hay que asumirlos, pedir perdón y que no vuelva a ocurrir", apuntó. "Tenemos la obligación de parecer hombres dentro de tres días. Creo que estamos preparados para jugar un partido que va a ser diferente", indicó el técnico atlético, que explicó con resignación la incapacidad para revertir una situación que se repite cíclicamente. "Cuando vas a un campo de un equipo de elite estás expuesto a que pueda ocurrir cualquier cosa. El Atleti es mucho de esto, nunca lo he entendido. Hay que trabajar mucho psicológicamente a este conjunto porque es un equipo que suele sorprender".
El presidente del club rojiblanco, Enrique Cerezo tampoco escatimo adjetivos a la hora de analizar el encuentro. "Ha sido un partido nefasto y un primer tiempo horrible. Cuando recibes una paliza tan importante poco se puede decir", argumentó Cerezo.
Por su parte, Esteban Vigo, entrenador del Hércules, se mostró muy satisfecho con la actitud de su equipo, que tras la victoria ante el Atlético se sitúa con una ventaja de nueve puntos sobre la zona de descenso. "Lo que me interesa es llegar a los 41 puntos lo antes posible. A partir de ahí, ya se podrán mirar otros retos. "Lo que está claro es que se lo estamos poniendo más difícil a los rivales". Mientras, el Atlético se aleja de los puestos de Champions que le quedan ya a siete puntos de distancia.
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