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Cooperativas, clínicas veterinarias y un municipio identificarán el ganado

Una funcionaria de Muras controlará los datos de las explotaciones

Ganaderos mayores de zonas rurales aisladas, por un lado, y miembros de cooperativas agrarias por otro, son los usuarios que, un mes después de entrar en vigor el decreto que regula la identificación del ganado bovino, caprino y ovino, acuden a terceros para cumplir la tarea, obligatoria en las primeras dos semanas de vida del animal. Empresas privadas -clínicas veterinarias, fundamentalmente-, cooperativas, asociaciones de ganaderos y particulares continúan registrándose en la Oficina Agraria Virtual (OAV) habilitada por la consellería de Samuel Juárez para que los trámites burocráticos que garantizan la trazabilidad de los productos ganaderos puedan realizarse por Internet.

Entre las entidades que han logrado la autorización de Medio Rural está el Ayuntamiento de Muras (Lugo), que pondrá a una funcionaria a disposición de los ganaderos que no quieran colocar ellos mismos el crotal (la chapa identificativa) a sus animales, opción que el Decreto 183/2010 también permite. El cambio en el sistema de distinción de ganado, que abre la puerta a identificadores sin formación veterinaria, llega al mismo tiempo que la Xunta estudia un ERE presentado por la empresa pública Seaga, encargada hasta ahora de la verificación presencial de los datos del ganado. Los distintos colegios de veterinarios de Galicia, así como Juan José Badiola, director del Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, han criticado el autocontrol y la entrada de empresas privadas en la identificación animal por considerar que amenaza la trazabilidad "ejemplar" lograda en Galicia tras la crisis de las vacas locas. De hecho, según los veterinarios, 5.000 reses pueden estar sin identificar, un extremo que la Xunta no admite aunque sí el que existen problemas en el proceso.

En Muras, uno de los municipios que más población pierde de Galicia, la deficiente conexión a Internet y la edad avanzada de muchos ganaderos ha animado al Ayuntamiento a solicitar su registro como entidad identificativa. La empleada elegida, sin formación veterinaria, recibió varias charlas en la Oficina de Extensión Agraria y en una cooperativa de Ribadeo. Ella misma cuenta que lo único que no podrá hacer es identificar el ganado ovino, porque solo los veterinarios están autorizados a implantar el bolo ruminal (una cápsula con microchip que se introduce en el sistema digestivo del animal). "Además, asesoramos a los ganaderos en los trámites. También lo harán otros Ayuntamientos de la zona, como Lourenzá y Trabada", explica.

Es el caso más llamativo, pero no el único, en el que los identificadores dejarán de ser, por primera vez en doce años, veterinarios de la Xunta. El nuevo sistema introduce al veterinario por cuenta propia en el control del ganado. Una parte considerable de las entidades registradas hasta el momento son cooperativas o asociaciones dedicadas al desarrollo del ámbito rural. La cooperativa O Caxigo, de A Pastoriza (Lugo) cuenta con un veterinario para identificar, desde esta semana, los animales de sus socios y aún no tiene un número definitivo de clientes ni un precio establecido.

Más avanzada está la puesta en marcha del nuevo modelo en la Asociación Nacional de Criadores de Gando Vacún Selecto de Raza Rubia Galega (Acruga), a la que por el momento ya acuden 107 explotaciones de toda Galicia. "Está aumentado mucho el número de clientes, sobre todo los ganaderos de carne", explica una trabajadora. Por cada identificación cobrarán tres euros -si el cliente es socio- y cuatro euros al resto, unas tasas ligeramente superiores a las de Seaga, que percibía 2,60 euros por cada crotal.

"Los ganaderos prefieren pagar algo que darse el trabajo de hacerlo ellos mismos", asegura María Barbosa, una veterinaria de O Saviñao recibe cinco euros por colocar la chapa a un ternero y enviar los datos a la Oficina Virtual. Juan Carlos, veterinario en Arzúa, ha comenzado también a buscar clientes entre los ganaderos de su municipio sin muchas esperanzas de que el número de usuarios aumente. "Es un sistema sencillo y la gente joven no tiene ningún problema. Además, también podrán comunicar los datos por teléfono", asegura. Como profesional, dice ser consciente de que la trazabilidad estaba más garantizada con el sistema anterior. "Ahora puede pasar de todo", reconoce.

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