Granjeros por Navidad
Escolares de Narón cuidan de los animales y cultivan una huerta en vacaciones
Cierra la escuela y abre la granja. Una docena de alumnos de Narón pasan parte de la Navidad entre yeguas, vacas cachenas, ocas, ovejas y pitas de Mos, en la ecoescola de Aldea Nova, en la parroquia naronesa de Sedes.
Cada mañana, a primera hora, un autobús los recoge para llevarlos a esta peculiar escuela rural, donde pasan cerca de 11 horas todos los días laborables. Allí cuidan de Estrela, su caballo favorito, y de Xata, una de las dos vacas galaicas que habitan los establos de Aldea Nova. Los más pequeños tienen poco más de tres años y el mayor es Salamu, un niño saharaui que no pasa de 12.
La jornada en Aldea Nova empieza muy temprano, a eso de las 7.30. Allí desayunan, cuecen pan, alimentan a los animales, vigilan los cultivos, almuerzan, aprenden a orientarse, a seguir rastros y a reconocer las pisadas de los animales y la flora local. No hay tele ni videojuegos en su entretenimiento. Recogen huevos, fabrican adornos con cartulina y velas con miel, vigilan a Breogán (el carnero) o meriendan mientras juegan a la peonza, exprimiendo todas las horas de luz hasta la puesta de sol. No regresan a sus casas hasta pasadas las seis de la tarde, en el mismo autobús que los recogió, y agotados del trajín campestre.
Algunos de los niños nunca habían estado antes tan cerca de una vaca
Todas las bestias del parque temático rural tienen genoma gallego
La actividad forma parte del programa del Ayuntamiento de Narón para conciliar la vida laboral y familiar durante las vacaciones navideñas. Aldea Nova es un complejo rural de unas tres hectáreas de extensión, junto al río Xuvia, que fue ideado por el Ayuntamiento de Narón como epicentro de un proyecto educativo financiado con fondos europeos y diseñado para reivindicar los valores de la aldea tradicional. Sobre el papel, es un "parque temático integral de desarrollo rural", de titularidad municipal, gestionado por Terranova SL, una empresa de interpretación ambiental que desde junio de 2010 se encarga de organizar las actividades.
"En todas hay un componente educativo por encima del lúdico", destaca la coordinadora, Silvia Cebeiro. "Nos parece fundamental que los chavales aprendan algo y sepan manejarse en un entorno rural", añade.
El recinto acoge colonias de verano, sirve de ecoescola en vacaciones y funciona como aula ecológica para colegios y asociaciones durante todo el año. Cuenta con un albergue, cocina y comedor, una casa antigua y restaurada que hace las veces de museo etnográfico, un castro, una huerta sembrada de cultivos ecológicos y árboles frutales, cuadras e incluso un apiario, con varias colmenas de abejas.
Algunos niños repiten campamento rural y todos saben de donde salen las hamburguesas que tanto les gustan, pero no todos los aprendices de granjero habían estado antes tan cerca de una vaca. La ventaja es que niños y animales "empatizan enseguida", dice la monitora. Dan pan a los caballos y maíz a las ovejas, pero adoran a los caballos -Estrela, Lola, Cinza y Chispa- y los llaman a gritos prado arriba.
Todos los animales del parque temático rural naronés tienen genoma gallego, explican desde Terranova. Hay dos vacas cachenas, cuatro yeguas del país, una docena de ovejas con carnero y corderitos, una pareja de ocas, dos porcos celtas y varias galliñas piñeiras y pitas de Mos. La colonia animal de Sedes la completan algunos conejos silvestres y una perra, blanca y dócil, "de pura raza de palleiro", que han bautizado como Aldea.
Dani, Michelle y Diego, de 6, 7 y 10 años, hacen de guías por los establos. "Ese es Pancho", dicen señalando un cerdo gigantesco, "tiene mujer (Villa) pero está durmiendo porque tiene una pata mala". Avisan de que si se le acerca la mano el puerco muerde, no como Cosquillitas y Negrito, dos de los corderitos.
Xan y Manuel, dos vecinos de la zona contratados por la empresa, se ocupan a diario de limpiar y rellenar los abrevaderos del establo, que el veterinario visita con frecuencia. Tres monitores, Susana, Pedro y Pepa, vigilan a las otras fieras, algunos con hiperactividad y déficit de atención, que revolucionan a toda la cuadrilla.
"Fuimos a ver las abejas con unos trajes puestos y les comimos la miel", cuenta Diego, muy emocionado. Cruza el campo señalando los excrementos y reconociendo el animal del que proceden, y se asoma a mirar los avestruces del vecino. La víspera de Nochevieja intercambiaron juguetes usados y se despidieron del albergue rural de Aldea Nova comiendo croquetas.
El campamento les cuesta 15 euros a los padres, aunque el Ayuntamiento de Narón costea el de algunos niños a través de los servicios sociales. Hace tres meses que el Gobierno naronés empezó a construir un nuevo aulario y planetario en Aldea Nova, que confían en estrenar en la primavera del 2011. El proyecto se financia con 634.274 euros de fondos de la UE para el desarrollo regional. El recinto también tiene simuladores de energías renovables y uno de los primeros campos de juegos rurales de Galicia.
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