"¿Y por qué no trae el AVE a Brasil?"

La corresponsal de la televisión brasileña Globo parecía sorprendida: "¿España? Fíjate que yo pensaba que era Francia y no España". Pero no. Cuando se ponga en marcha el AVE entre Madrid y Valencia el próximo día 19, España será el país europeo con más kilómetros ferroviarios de alta velocidad. Mientras, el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Valencia sacan pecho. Ayer, ambos unieron fuerzas para organizar un viaje en AVE para la prensa extranjera y la clase diplomática entre Madrid y Valencia. Juntaron a un puñado de embajadores (China, Francia y Japón entre otros) con los delegados de Le Monde, The International Herald Tribune, O Globo y representantes del sector de la construcción. Escucharon primero al presidente de Renfe, Teófilo Serrano, quien detalló las características del nuevo trayecto. Luego charlaron con la secretaria general de Infraestructuras, Inmaculada Rodríguez Piñero, mientras algunos embajadores aprovechaban para asomarse a la cabina del tren.

El convoy alcanzó ayer los 304 kilómetros por hora y fue puntual

Fomento destacó que el tren fue puntual, que si había llegado con retraso a Valencia se debía a la parada en Cuenca. De hecho, las corresponsales de Globo y Le Monde constataron más tarde que habían alcanzado los 304 kilómetros por hora. La primera estaba "maravillada". "En mi programa", explicaba, "quiero plantear la pregunta de por qué Renfe no trae el AVE a Brasil. Ya han venido [el Banco] Santander y Telefónica". La de Le Monde, Sandrine Morel, apuntó que ya existe un proyecto en Brasil para unir São Paulo y Río de Janeiro mediante la alta velocidad. Morel añadió que su intención tras el viaje de ayer es hablar de la red española de alta velocidad en general.

Luego se sentaron a comer con los políticos. El Ayuntamiento había preparado el edificio Veles e Vents para la ocasión y sentó a su centenar de invitados ante el puerto y la playa. Antes hubo discurso de la alcaldesa, Rita Barberá, del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y también de Rodríguez Piñero. Hubo aplausos y miradas cómplices, algo que concluyó cuando la alcaldesa exclamó: "Ahora, ¡a la paella!".