"En Francia nos hemos olvidado de la técnica y de la inteligencia"
Jean Fernández (Mostaganem, Argelia; 1954) es una institución del fútbol francés. Una institución rubicunda, apasionada y enérgica que no pierde ocasión de recibir visitas en su despacho, bajo las gradas del estadio Abbé Deschamps, y que continuamente interrumpe sus disertaciones para saltar de su silla, coger el rotulador y dibujar flechas y cruces en la pizarra plástica. Es evidente que le gusta tanto el fútbol que pagaría para sentarse esta noche en el banquillo del Bernabéu. Lo hará gratis porque es el entrenador del Auxerre. El Madrid tiene asegurado el primer puesto del grupo. El conjunto francés se juega entrar en la Liga Europa como tercero.
Pregunta. ¿Qué le pareció el último Barcelona-Madrid?
"Mi abuelo era español. Se exilió del franquismo en Argelia. Mi padre estuvo preso"
Respuesta. ¡A mí los clásicos me han encantado toda la vida! Voy cada vez que puedo. Recuerdo que una vez se jugó el 23 de diciembre. Estaban Maradona y Venables. Me fui a Barcelona en coche, creo que desde Cannes. Compré una entrada en el mercado negro y después dormí en la calle, en Las Ramblas. Regresé a casa el 24. Mi esposa y mi madre me estaban esperando para la cena, pero yo estaba tan cansado que me fui a dormir.
P. ¿Cómo aprendió a hablar tan bien el castellano?
R. Mi abuelo era español. Se exilió del franquismo en Argelia. Luego, mi padre entró en un ejército clandestino y estuvo preso. Así es que mi familia regresó a Francia y yo me crié con mi abuelo, que era madridista. Para mí, el Barça es el mejor equipo, pero el gran club ha sido siempre el Madrid.
P. Mourinho alineó a tres mediocentros en Auxerre. ¿Qué le pareció?
R. Para mí, fue una sorpresa encontrarme a tres centrocampistas defensivos. Pensé que jugaría con Xabi, Khedira, Özil, Cristiano y Di María. Pero Özil se quedó fuera y puso a Lass. Me dije: "¡Mourinho nos respeta! ¡Metió músculo en el centro del campo!". Con Özil el Madrid nos habría creado más problemas. Es capaz de pensar en los últimos 30 metros. Esos pasadores transforman los equipos. ¡Tac!, y te matan. Pienso que en el futuro será un jugador fundamental en el Madrid. Es un poco como Sneijder en el Inter. Sin Sneijder, el Inter no habría ganado la Champions.
P. ¿Por qué en Francia es tan difícil encontrar jugadores como Sneijder u Özil?
R. Hace unos años, en la Dirección Técnica Nacional, reunieron a todos los entrenadores jóvenes y les dijeron: "Ahora el fútbol es la fuerza". Los detectores de talento buscaron jugadores grandes y fuertes y las escuelas descuidaron la técnica. Ahora, Blanc [el nuevo seleccionador] ha dicho lo contrario: "Tenemos que jugar a la pelota". Antes, hasta mediados de los años ochenta, teníamos ese tipo de futbolistas. Éramos técnicamente muy buenos con ella. Le diré algo: Ribéry llegó a Primera de casualidad.
P. ¿Por qué?
R. Ribéry jugaba en un club de Tercera, el Brest, y la gente que le veía decía: "Es pequeño, no tiene fuerza, no es grande, es feo...". Yo, un día, estaba con mi mujer viendo un partido y le vi. Cuando terminó, le esperé en la puerta del estadio: "Usted no se va con su equipo. Súbase a este coche". Me miró extrañado. Subió a mi coche y nos fuimos a Metz. Le metí en un hotel y al día siguiente le fiché por cuatro años. No había jugado ni un solo partido en Segunda. Me bastó verle en uno. Comenzó la temporada y en la sexta jornada éramos líderes de Primera. Fue elegido el mejor jugador del campeonato por Canal+. Pero los prejuicios físicos continuaron. En 2005 yo entrené al Olympique de Marsella y la confusión era tan grande que, cuando le dije que fichara a Ribéry, el presidente me dijo: "¡Ese no es jugador para el Marsella!". Yo le respondí: "Acabará jugando en un grande de Europa". Al final, le fichamos por cero euros. Cuando le vendieron, valía más de 20 millones.
P. ¿Fichó usted a Zidane?
R. Yo firmé su primer contrato, para el Cannes. Tenía 16 años. Fue la misma historia. Hubo gente que decía: "¡Este no puede jugar al fútbol! ¡Es demasiado flaco! ¡Parece enfermo!". Ya en 1988 los técnicos buscaban jugadores grandes, corredores, musculosos... Nos hemos olvidado de la técnica y de la inteligencia. ¡La inteligencia! Debemos cambiar la filosofía. El comportamiento del jugador debe ser importante. En Francia nos hemos olvidado de cuidar este aspecto también.
P. El Auxerre siempre cuidó su cantera.
R. Somos un equipo pequeño. Cuando supimos que jugaríamos la Champions, pedí a mi presidente que fichara a Obragnac, del Lille, o a Amalfitano, que son jugadores con 100 partidos en Primera. Pero no fue posible. Ahora Langil lleva 10 partidos en Primera, Contout otros 10... Y Oliech... Oliech es un extremo al que a veces obligamos a jugar de nueve porque no tenemos punta y técnicamente es un jugador pequeño, que depende mucho de su fuerza. En Auxerre no tenemos dinero. Contout, Oliech, Langil... Tienen velocidad, pero no cuentan con técnica ni cabeza para entender el juego.
P. ¿Ve algún talento emergente parecido a Zidane?
R. En Francia tenemos un jugador... Le vi con 16 años en 2005 y se lo recomendé al Marsella... Pero le falta algo. Es Gourcuff. Le he visto hacer cinco partidos muy buenos. Tiene el perfil, pero le falta el talento, la clase de Zidane. En Europa es difícil. Yo no me olvido de Platini. Para el pase, Zidane era el más fuerte. Pero Platini era el pase y también el gol.
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