Xabier Lete, uno de los tres grandes cantautores vascos
Sufrió tanto al franquismo como a los radicales 'abertzales'
Quienes estaban más en contacto con Xabier Lete (Oiartzun, Guipúzcoa, 1944) dicen que había asumido su muerte, sobre todo tras perder hace cinco años a su compañera, Lourdes Iriondo, lo que supuso un episodio muy duro para él. Ambos fueron integrantes del histórico grupo Ez dok Amairu, nacido en 1966, uno de los estandartes del movimiento que lideró la canción vasca en el final del franquismo. Lete estaba considerado uno de los tres principales cantautores vascos de los setenta, junto a Mikel Laboa (fallecido hace dos años) y Benito Lertxundi. En la noche del sábado, un trastorno intestinal crónico acabó con su vida en el Hospital Donostia de San Sebastián.
Poeta, cantante, escritor, pocos han sabido transmitir como él las emociones, con letras de gran calidad y una música directa y sencilla, aunque él siempre se consideraba más poeta que cantante. El compromiso con su pueblo le llevó primero a sufrir el franquismo y, ya con la llegada de la democracia, a ser denostado en un mundo, el de la cultura y la canción vasca, que siempre ha querido ser patrimonializado por los radicales abertzales. Nunca le perdonaron su apoyo al Estatuto de Gernika o que estampase su firma en llamamientos contra la violencia en Euskadi.
Junto a Mikel Laboa y Benito Lertxundi, logró que resurgiera la cultura popular
Su trayectoria poética comenzó con un libro de poesía social. Los temas a los que más ha recurrido han sido la muerte, el sentido de la existencia, la patria o su visión cristiana del mundo. La incursión en la música vino de la mano de su ex compañera Lourdes Iriondo. Abandonó los escenarios en 1978 y no volvería a ellos hasta los noventa, acompañado del cantante Antton Valverde. Pero entonces la enfermedad ya le azotaba, lo que limitó sus actuaciones.
Lete también participó en política. En 1983 ocupó el cargo de director de Cultura de la Diputación de Guipúzcoa y en 1985 accedió al de diputado foral de Cultura por el PNV. Hace dos años recibió el Premio de Literatura de Euskadi por la que ha sido su última obra, el libro de poemas Egunsentiaren esku izoztuak (Las ateridas manos del amanecer), por el que también en 2008 recibió el Premio de la Crítica de poesía en euskera por la Asociación Española de Críticos Literarios.
La labor de Lete en la composición de canciones vascas fue clave en el resurgimiento de la cultura popular del País Vasco, que agonizaba durante la dictadura. Con el paso de los años su poesía reivindicativa y preocupada por las injusticias pasó a ser más existencialista. Autor de 18 álbumes, el último fue una colección de siete discos dedicado a los últimos 200 años del bertsolarismo (improvisación de rimas) del País Vasco.
Al conocer su muerte, el lehendakari Patxi López, en una declaración institucional, recordó lo "mucho que debe" la sociedad vasca al poeta y cantautor. "En los momentos duros, nos ha enseñado que la dignidad humana no tiene límites", apuntó. El funeral tendrá lugar mañana en la parroquia de Urnieta, donde Lete residía.
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