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Reportaje:Economía global

Las 'águilas' toman el relevo

Las nuevas economías emergentes liderarán el crecimiento mundial para 2020

Alicia González

El club de los países hasta ahora considerados ricos tiene los días contados. El crecimiento mundial va a depender cada día más de la evolución de las economías emergentes, un mundo que va más allá de los conocidos BRIC (acrónimo de Brasil, Rusia, India y China) y que a finales de la próxima década proporcionarán cuatro veces más negocio que los países del G-6 (los siete países más industrializados del mundo menos Estados Unidos). Es la entrada en escena de los Eagles, palabra que en inglés significa águilas y que responde a las siglas en esa lengua de economías emergentes y líderes de crecimiento, el nuevo índice creado por BBVA.

"En estos tiempos de crisis se ha producido una rotación de los inversores hacia las economías emergentes, pero muchos nos dicen que países como Brasil o China ya están caros. Y lo que nos piden es la posibilidad de invertir en el próximo Brasil. Para eso nace este índice", asegura por videoconferencia desde Hong Kong Alicia García-Herrero, economista jefe para mercados emergentes de la entidad.

Los Eagles tendrán cuatro veces más negocio que el G-7 menos EE UU
"El índice trata de anticipar quién será el próximo Brasil", dice el BBVA

Entre otras cosas porque la crisis ha echado por tierra el modelo de crecimiento y estabilidad financiera que antes de 2007 parecía reservado casi en exclusiva a las economías desarrolladas, cuya percepción de riesgo en estos momentos supera a la de muchos mercados emergentes. De hecho, las economías emergentes se están beneficiando claramente de esta tendencia porque sus datos fiscales y de equilibrio exterior son más sólidos que los de las economías avanzadas.

La lista de Eagles la componen, junto a los cuatro países mencionados, Indonesia, Corea del Sur, México, Egipto, Turquía y Taiwán. Cada una de esas diez economías comparte la característica de que su aportación en términos absolutos a la economía mundial para la próxima década será superior a la media del G-6 [ver gráfico adjunto], condición fundamental para pertenecer al club de las águilas. Las tasas de crecimiento de los países Eagles son lo suficientemente altas como para que, incluso en los escenarios más negativos, su aportación al crecimiento mundial sea aún superior a la de los países desarrollados.

"Ninguno de estos países está en esta calificación por casualidad. Indonesia y Corea ya son más importantes que Rusia. México, por supuesto, tiene todo el derecho a estar en la clasificación, así como Turquía y Egipto ya aportan mayor crecimiento que Sudáfrica", precisa García-Herrero. Casi todos ellos -salvo Corea, Taiwán y Rusia- cuentan además con un elevado crecimiento demográfico, un elemento que contribuye decisivamente a su mayor crecimiento potencial en los próximos 10 años. Y buena parte de su fuerza procede de las crecientes relaciones económicas y comerciales Sur-Sur, es decir, las que desarrollan al margen de los países industrializados. El mejor ejemplo es la incesante demanda de materias primas por parte de China, lo que ha permitido a muchos países de África y América Latina sortear la crisis en condiciones inimaginables en otras crisis globales. La entidad apunta que sus previsiones para China contemplan, de hecho, una reducción de un tercio de sus exportaciones, mientras que sus importaciones aún se acelerarán gracias a un mayor peso de la demanda interna en el crecimiento. "Incluso excluyendo a China, el crecimiento de las regiones emergentes superará al del G-7 entre tres y cuatro puntos porcentuales", señala el banco, lo que les permitirá adaptarse a un entorno de muy bajo crecimiento para las economías desarrolladas. El BBVA prevé que, medido con un criterio de paridad de poder adquisitivo, el PIB crezca en los próximos 10 años en torno a 40 billones de dólares, desde los 70 billones de la actualidad. De esa cuantía, Estados Unidos aportaría unos 2,8 billones al PIB y el resto de los países avanzados alrededor de unos 2,4 billones, lo que equivale a una media de 400.000 millones de dólares cada uno. Los 10 países Eagles aportarán más demanda adicional que la media del G-6.

"También pesa en la clasificación la estabilidad institucional, donde las diferencias con los mercados industrializados se ha reducido considerablemente, como ha sucedido con la estabilidad financiera", recuerda Daniel Navia, economista de BBVA en la división de emergentes.

Al no tratarse de un grupo nominativo, sino formado en torno a unas determinadas características, la lista de los Eagles de hoy puede no ser la de los Eagles de mañana. De ahí que la calificación de las águilas vaya acompañada también de un listado de países en reserva o países denominados nido, según la jerga del índice. A día de hoy, esa lista de candidatos potenciales la conforman Tailandia, Sudáfrica, Nigeria, Polonia, Malasia, Colombia, Vietnam, Bangladesh, Argentina, Perú y Filipinas. Todos ellos tendrán, según los cálculos del BBVA, una contribución al nuevo negocio global, que se situaría entre la media del G-6 (410.000 millones de dólares) y la de Italia (con 150.000 millones de dólares), el país del club de los ricos que menos aporta al crecimiento mundial. "Que la presencia de algunos de estos países en esa lista sea sorprendente añade interés a la clasificación", asegura García-Herrero. El factor de riesgo político elimina la posibilidad de que países como Irán o Pakistán formen parte de cualquiera de esos listados.

"El objetivo no es solo definir aquellos países con un peso específico en la actualidad sino anticiparnos al futuro. Por eso esta no es una lista estática, como lo son los BRIC, que lo son independientemente del desempeño de sus economías. Haremos un seguimiento trimestral de estos países de acuerdo con nuestro modelo y una vez al año publicaremos un informe, en el que se revisará la lista de los que pertenecen a cada una de esas clasificaciones", apunta la economista desde Hong Kong. Eso permitirá identificar también a los ángeles caídos, esas economías que ofrecían un gran potencial pero que, finalmente, pueden verse fuera de la calificación por un desempeño peor al esperado.

Aunque es un trabajo que lleva detrás años de análisis y esfuerzo y "va más allá de la expansión geográfica del banco", apunta la economista, su presentación coincide prácticamente con la compra que el BBVA acaba de hacer del 24,9% del banco turco Garanti. Además, desde hace años, BBVA es también la primera entidad de México a través de Bancomer.

La entidad se sirve de este índice para ofrecer productos específicos de gestión de activos y de asesoramiento a clientes, aunque sin duda también habrá pesado en el diseño de la estrategia de la entidad a medio plazo. "De momento ha despertado mucho interés entre los inversores emergentes", asegura.

Adiós a los BRIC

En 2003, el economista global de Goldman Sachs Jim O'Neill publicó un informe titulado Soñando con los BRIC: rumbo a 2050, que suele citarse como origen del acrónimo que por primera vez agrupó a las economías de Brasil, Rusia, India y China, referencia desde entonces de las grandes economías emergentes. O'Neill defendía en su tesis que estos países habían adoptado reformas políticas para abrazar el capitalismo global, lo que les proporcionaba un potencial económico tal como para convertirse en las cuatro economías dominantes en el año 2050. Goldman Sachs predecía que China e India se convertirían en los proveedores globales dominantes de servicios, mientras que Brasil y Rusia se convertirían en proveedores dominantes de materias primas. O'Neill daba por hecho que el siguiente paso era trasladar esta conjunción de intereses en una mayor cooperación económica y política.

La selección de estos países BRIC se centra específicamente en su condición de países considerados grandes, no necesariamente los más ricos o los más productivos, y siempre fue pensada como una tesis de inversión. Sus críticos sostienen que, más allá de esa característica, hay poca homogeneidad entre esos países. "En la clasificación Eagles no pesa tanto el tamaño como la proyección de futuro", precisa Daniel Navia, analista de economías emergentes del servicio de estudios del BBVA. "Ese concepto ha sido muy útil durante un tiempo, pero ahora ha quedado algo obsoleto", apunta.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.
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