Doblaje de películas
Yo no sé en qué base estadística se apoya el rector de la Universidad de Alcalá, Fernando Galván, en su artículo Oído menos acostumbrado (EL PAÍS, 07-11-2010), pero me asombra el contraste de sus afirmaciones con mi experiencia personal, cuando generaliza de forma tan absoluta que en los países de nuestro entorno "desde edades muy tempranas, los niños están acostumbrados a que sus personajes favoritos de la televisión o el cine se expresen, de manera natural, en inglés". Galván considera esta diferencia con España como uno de los factores importantes de la falta de conocimientos de idiomas extranjeros, sobre todo del inglés, de los escolares españoles.
Si bien esa exposición al inglés sí se da en Holanda y los países escandinavos, creo que no se encuentra generalizada ni en todos los países iberoamericanos ni en nuestro entorno inmediato europeo (Italia, Francia, Alemania). La "exposición" a una película en idioma extranjero, aparte de representar un medio "pasivo", exige, para que surta el efecto de aprendizaje deseado, incluyendo la motivación de repetir la "exposición", que ya es extraescolar y por ello voluntaria, y cierto nivel de conocimientos previos.
Aparte de las brechas que pudiera haber en los factores de motivación del alumnado, del tamaño de las clases, de los medios disponibles, de la preparación de profesores, hay tres factores que me parecen muy deficitarios en la práctica escolar de este país: el poco énfasis en la fonética, las deficiencias en la práctica de métodos "activos" y una tradición que da preferencia al castigo de las deficiencias y no al premio a la participación activa.