Una zona 30 más ficticia que real
Los conductores ignoran la limitación de velocidad en el centro de Valencia
El centro histórico de Valencia inauguró ayer la zona 30. A partir de ahora, la velocidad máxima permitida en la práctica totalidad de las calles del casco antiguo será de 30 kilómetros por hora. Hay algunas, sin embargo, en las que la restricción parece que tardará en calar. Calles como La Paz o San Vicente, acostumbradas a que los vehículos circulen rápido, vivían ayer al margen de la nueva normativa.
El concejal de Tráfico, Alfonso Novo, pidió tiempo para que los conductores se acostumbren. Ante la pregunta de que cuándo dejará la policía de informar para empezar a sancionar los excesos de velocidad, Novo insistió en que se trata de "concienciar a los conductores de que hay más vehículos en la calzada" que los típicos a motor, a saber, la bicicleta. El concejal dio al final un plazo de "uno o dos meses" antes de empezar a multar a quien se pase de los 30 kilómetros por hora.
Novo insinúa que, al final, los coches no tendrán cabida en el casco antiguo
Ciudades como Barcelona o Zaragoza ya hace tiempo que flirtean con las zonas 30. En la capital catalana hay 14 barrios donde ya funciona, algunos de ellos también en el centro. En el caso de Zaragoza, el Ayuntamiento trabaja para que a finales de año la velocidad máxima en todas las calles de un carril sea 30 por hora. En Madrid, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón llegó más lejos hace unos días cuando anunció que tratará de sacar los coches del centro si revalida el próximo mandato. En la misma Valencia ya hay calles limitadas en barrios fuera del centro, como es el caso de Russafa. Novo incluso apuntó que el Ayuntamiento estudiará aplicar la norma a otras zonas, como Patraix o Campanar.
Al margen de las consecuencias para los conductores, cualquier modalidad de la zona 30 afecta también a los ciclistas. Cuando Novo habló de la normativa insistió en cuánto beneficiará a las bicicletas: "El objetivo es que las bicicletas tengan preferencia en Ciutat Vella", dijo esta misma semana. ¿Tardarán en entenderlo los conductores del centro?
"¿Hoy entra en vigor la normativa? Pues ni me había fijado", reconocía ayer Matías desde su tienda de miniaturas de la calle de La Paz. "Será porque los coches van igual que siempre". "Ahora, te digo una cosa", lanzó, "por aquí no pueden ir a 30, es demencial. De hecho, es la policía la que se mosquea si van tan despacio por si acaso van a dar un palo".
Las calles de La Paz, la de San Vicente o Guillem Sorolla son tres casos a estudiar. En la mayoría de espacios de Ciutat Vella ya se circula despacio, la idiosincrasia de la calzada, los viandantes y las bicicletas impiden otra cosa. Sin embargo, en estas tres calles es diferente. Aquí las bicicletas van muchas veces por la acera si no circulan en sentido contrario; los coches superan los 30 por hora y la policía carece de radares que poner a trabajar. ¿Cambiará? En Barcelona, el Consistorio pidió un informe a la Universidad Politécnica para que analizase posibles itinerarios ciclistas entre el distrito centro y otros barrios. Se trata de favorecer el tráfico de bicicletas por ciertas calles para hacer viable la convivencia.
Aquí habrá que esperar. Novo, responsable de Tráfico, trabaja mientras tanto en explicar la ordenanza de circulación a los ciclistas. De hecho, la Concejalía de Seguridad Ciudadana ha empezado a repartir por el centro folletos donde se explica la normativa en lo que atañe a las bicis. "Se trata de ir dando pasos para llegar a un punto final", explicó ayer el edil, una manera de apuntar que el centro histórico vivirá un futuro sin coches.
De momento, el Ayuntamiento ya se ha decidido a cortar el tráfico nocturno en el barrio de El Carme. Ahora, además de no poder superar los 30 por hora en toda Ciutat Vella, El Carme quedará vetado las noches de los fines de semana a los vehículos motorizados. Lo anunció ayer Lourdes Bernal, concejal de Contaminación Acústica. Bernal, que compareció junto a Novo y al concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, se encargó de presentar el plan antirruido para el centro. Primero la zona 30 y un día después los cortes.
Desde hoy, todos los jueves, viernes y sábados por la noche la policía colocará vallas en las entradas y salidas del barrio, ocho puntos en total. En las vallas habrá carteles informativos. Un equipo de seis mediadores sociales apoyará a los agentes. Repartirán folletos con un plano del barrio y todos los accesos bloqueados. Además, explicarán dónde están los aparcamientos públicos y privados más cercanos. El dispositivo, según lo explicado ayer, comenzará en las vallas y según pase la noche se desplazará a las zonas más frecuentadas, es decir, las plazas del Tossal, del Doctor Collado y de Manises y el eje que forman las calles de Serranos, Quart y Cavallers. La policía también repartirá información además de vigilar que no aparezca el botellón u otras prácticas vetadas (música callejera, kebabs abiertos después de las 00.30...).
El origen de estas restricciones está en la aprobación cautelar de la zona ZAS para El Carme. El Ayuntamiento, tras años de quejas vecinales, constató que el ruido en el barrio era insoportable, que se trataba de una zona acústicamente saturada (ZAS). Así, este verano aprobó la primera versión de una normativa cuya edición definitiva no llegará hasta el año que viene. Ahora, los técnicos municipales estudian las alegaciones presentadas a la primera versión, luego las contestarán. Harán los cambios pertinentes y la enviarán a la Consejería de Medio Ambiente, que emitirá un informe. Luego el pleno del Ayuntamiento la volverá a votar.
Mientras todo esto ocurre, el Consistorio ha adoptado una serie de medidas cautelares para ver cómo funcionan. Por ejemplo, ya no concede licencias para que se monten nuevos bares o locales de copas, o se obliga a los kebabs a cerrar antes. Ahora le ha llegado el turno a los coches, que si entran, tendrán que ir despacio, al paso de las bicicletas.
En otras ciudades
- Barcelona. En la capital catalana hay 14 barrios que han adoptado la zona 30. Se trata de los núcleos antiguos de casi todos los distritos de la ciudad, en total más de 200 kilómetros de vía reservada a la circulación a 30 por hora. El concejal de Movilidad, Francesc Narváez, ha informado más de una vez acerca de cómo ha caído el número de accidentes en las zonas 30, siempre en torno al 10-15%.
- Madrid. . Muchas de las travesías pequeñas del Paseo de la Castellana limitan la velocidad a 30 por hora. Lo mismo ocurre cerca de Opera y de la plaza Mayor. El Ayuntamiento estudia, además, implantar zonas 30 en el entorno de centros educativos, hospitalarios y culturales e instalar un tipo de asfalto poroso para que los coches hagan menos ruido al pasar
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