Rajoy emplaza al PP andaluz a echar el resto para conseguir el vuelco político

El PP andaluz está a punto de encarar la recta final del minucioso plan que trazó hace tiempo para recortar distancias con el PSOE y conquistar la Junta. El primer escalón son las elecciones municipales, que servirán, además, de catalizador de las posibilidades de victoria en Andalucía y España, más allá de los vientos favorables que soplan en las encuestas. Para liderar este último tramo de la escalada Mariano Rajoy se fue ayer a Mairena del Aljarafe (pueblo del cinturón de Sevilla que sobrepasa los 40.000 habitantes) a dar su espaldarazo personal al candidato, Ricardo Tarno, número tres del PP andaluz y a quien conoce bien por ser diputado en el Congreso.

El de ayer no fue un mitin con vocación de expandir mensajes o lanzar proyectos, ni siquiera de desgastar a los socialistas y los Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y José Antonio Griñán, aunque, por supuesto, recibieron afiladas críticas. El propósito del acto -que como apuntó el propio Rajoy, se celebró "un mal día y a una mala hora"- era insuflar ánimos, motivar a la militancia para que eche el resto. "Os pido que ayudéis a Javier Arenas a ganar", dijo el líder nacional, después de reconocer que ver a tantos afiliados ondeando banderas del PP y de Andalucía (ninguna de España) le "da mucha moral".

El presidente del PP da un mitin en Mairena del Aljarafe, un bastión socialista

La estrategia de los populares para desalojar a José Antonio Griñán del Palacio de San Telmo pasa por presentar aspirantes de fuste en las plazas con una hegemonía socialista difícil de quebrar, precisamente la brecha que les ha impedido hasta ahora dar un vuelco electoral. Una de estas ciudades es Mairena, la localidad más poblada del Aljarafe sevillano, donde el PSOE lleva gobernando 24 años. También hay otros 66 municipios sobre los que el PP ha dibujado un círculo rojo para terminar con la preponderancia socialista. 18 están en la provincia de Sevilla, de donde provienen casi la mitad de los diputados que le separan del PSOE en el Parlamento andaluz (nueve).

Sin salirse del guión que se ha marcado, Mariano Rajoy habló ayer fundamentalmente de crisis, de paro, de pensiones (de economía, en definitiva), y no hizo ninguna referencia a asuntos polémicos de actualidad como la visita del Papa a España.

Para contextualizar, entreveró los mensajes con asuntos locales y regionales, aunque el fondo fue el mismo. Tras afirmar que la agenda social de Rodríguez Zapatero es "letal" para el país y acusarle de haber engañado a todos los españoles, especialmente a los pensionistas, esbozó ocho recetas genéricas, que van desde que el ICO dé créditos a los Ayuntamientos para pagar a los proveedores, a que cuando un ciudadano sea acreedor de una Administración pública pueda compensar la deuda con los ingresos que debe hacer a Hacienda.

Javier Arenas -quien se confesó tres veces emocionado: por presentar a su amigo Tarno, por ver a gente que había venido de enclaves remotos y porque Rajoy ha visitado 108 veces Andalucía- sí que entro es cuestiones de actualidad, como la reforma del sector público de la Junta o los fondos para los cursos de formación de empleo y la cooperación exterior. También arremetió contra Rodríguez Zapatero por viajar a Afganistán durante la primera parte de la visita del Papa: "Alguien que hace eso se merece estar en la oposición".

La agenda de Rajoy en Sevilla fue muy apretada: presentó en un almuerzo una conferencia del secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, participó en el mitin de Ricardo Tarno y terminó la jornada con la asistencia a la presentación de un libro sobre el candidato de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.