Preguntas firmes como las nubes
Darya von Berner reflexiona sobre el espacio y la luz en su nueva instalación
No es la primera vez que la artista de lo sensorial Darya von Berner (México, 1960) deja a todo el mundo (y no solo el del arte) con la boca abierta. Famosa por instalar un banco de nubarrones en torno al Museo Magritte de Bruselas o sobre la madrileña Puerta de Alcalá, logró el más difícil todavía en el verano de 2009. En plena canícula dio sombra a la mismísima Mezquita de Córdoba. Fuera de su instalación, la temperatura era de 42 grados; dentro, de entre 28 y 30. Una mezcla, casi un experimento de alquimia, de oxígeno, argón, agua y dióxido de carbono obró el milagro.
Von Berner no solo crea esculturas penetrables. Su último trabajo, en la Galería Moriarty de Madrid, es una intervención sobre la luz titulada Qué significa orientarse en el pensamiento y está inspirada en Kant. En una atmósfera que recuerda vagamente a los tubos fluorescentes de Dan Flavin, el espacio arquitectónico queda recorrido en su estructura por tiras de luz. El efecto perseguido por la artista es recrear el interior de una nube.
En verano de 2009 hizo bajar 12 grados en la mezquita de Córdoba
Para conseguir un efecto de iluminación no agresiva ha recurrido de nuevo a fórmulas innovadoras. El sistema, que a simple vista recuerda a un led, emplea una tecnología que parte de una tarjeta incandescente tan delgada como las de crédito que no se calienta ni utiliza gas y es ecológica. Asegura que gasta menos que una bombilla de 100 vatios para iluminar 100 metros de longitud. La música clásica contemporánea completa el envoltorio de la pieza.
Darya von Berner considera que definir es acotar, pese a lo cual explica que su nueva instalación es una escultura penetrable: "En origen quise instalar una nube, pero el espacio me condicionaba mucho y decidí mostrar el interior de la nube: una atmósfera helada, difícil de fotografiar, pero con trazos definidos. Los fluorescentes me sirven para dar rotundidad a la atmósfera, porque las nubes son rotundas, nunca pierden su identidad por mucho que se muevan. No son borrosas, aquí no hay pensamiento débil, hay pura contundencia".
En su anterior exposición, Horizonte interior, en el Centro de Arte La Regenta de Las Palmas de Gran Canaria, la artista recordó la memoria de su abuela, la poetisa y activista canaria Mercedes Pinto. La pieza incluía una invitación para realizar un viaje intelectual por un espacio íntimo. Al introducir un billete de autobús en una máquina expendedora se imprimían unos versos de Pablo Neruda inspirados en Mercedes Pinto.
En ambos trabajos, en toda su obra, invita a reflexionar sobre cuestiones del tipo: si la modernidad comienza con el shock de una nueva experiencia del espacio, ¿en qué espacio se vive ahora?, ¿se ha convertido el sujeto en un ser de alta permeabilidad? Y al mismo tiempo, el espacio íntimo mental, ¿se está convirtiendo en un medio externo comunicante y global en el que fluye algo humano? "Todas son preguntas", concluye, "tan firmes y móviles a la vez como las propias nubes".
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