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"Necesitamos saber si el niño sobrevivirá"

La hija del conductor que atropelló a la mujer embarazada de nueve meses relata el drama que viven tras el accidente - El bebé sigue en estado crítico"Ir al supermercado es un suplicio, sabes que te la juegas", cuenta una residente

Juan Diego Quesada

El partido de fútbol acababa de terminar. Era domingo. Valeriano, un jubilado de 66 años, abandonó el estadio, cogió el coche y puso rumbo a su casa, en Galapagar. En el trayecto se cruzó con cuatro mujeres con velo que caminaban por la acera en Collado Villalba. Asegura que las perdió de vista un segundo, que el sol le daba de frente, y que de repente sintió un fuerte golpe en un lado del coche. Valeriano bajó del vehículo a ver qué demonios había pasado y se encontró con una chica tirada en la acera. Justo en ese momento sonó su móvil. Era su hija. "Vente para acá, acabo de atropellar a una señora", le dijo.

La hija de Valeriano esperaba al otro lado del teléfono: "Oía gritos y voces. Cogí el coche y me planté allí. Cuando llegué, mi padre estaba como un zombi, como ido, y una chica que decía ser médico atendía a la atropellada. Me horroricé cuando descubrí que estaba embarazada". Valeriano acababa de llevarse por delante a Khadija el Haddad, una marroquí embarazada de nueve meses que paseaba por Collado Villalba.

El conductor no superaba los 50 kilómetros, según fuentes municipales
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La hija, con una bolsa llena de ansiolíticos que acababa de comprar en la farmacia, recordaba ayer el trágico momento: "Empezaron a llegar amigos y familiares de ella. El ambiente se puso muy tenso. Se acercó un hombre y nos dijo que nos metiésemos en el coche o que acabarían linchando a mi padre. Nos metimos dentro. Me dijo que preferiría ser él el muerto".

En la comisaría de la Policía Local de Villalba declaró que conducía por el camino del Molino, una carretera junto a un polígono, cuando vio a Khadija y otras amigas a un lado de la vía. Las perdió de vista. "Una vez que ya había rebasado el paso de cebra noté un golpe en la luna derecha delantera. Lo único que me molestaba era el sol", dijo.Las personas que acompañaban a la embarazada, por el contrario, aseguran que estaban cruzando por un paso de cebra. El juzgado de instrucción número 1 de Villalba investiga el caso y la juez ya ha recibido el atestado policial. En los próximos días llamará a declarar a Valeriano.

Del interior del cadáver de Khadija, que tenía una hija de dos años, salió con vida Mouad, un niño de tres kilos que está ingresado en el hospital de La Paz. "Está en estado crítico. Los médicos siguen luchando por salvar su vida", contó el tío del bebé. La familia de Valeriano, en el portal de su casa, dice que está pasando los peores momentos de su vida. "Necesitamos saber si el niño va a sobrevivir. Estamos destrozados, rotos. Mi padre no tiene ganas de vivir. Ha estado en el psicólogo. En realidad todos estamos medicándonos. Nos gustaría hablar con la familia de la chica, pero nos cuesta dar el paso, no sabemos cómo se lo tomarán. Si pudiésemos ayudarles de alguna manera...", contaba la hija de Valeriano, a la que se le unieron su marido y otra hermana para dar explicaciones de lo sucedido. En su opinión, que el golpe del coche esté en el lateral demuestra que la mujer cruzaba por un lugar indebido y que su padre no la vio porque se trata de un punto ciego.

La clave en realidad se halla en si el golpe se produjo en el paso de cebra o unos metros más adelante. Hay testimonios contradictorios de los testigos, según fuentes policiales. Sobre el mismo paso de cebra, con una sudadera con capucha, Rachid Jahah, el marido de la fallecida, intentaba recrear ayer por la tarde lo ocurrido. Le escuchaba un abogado que estudia representarle. "No me explico cómo pasó...", musitaba Rachid, cocinero de profesión. Le rodeaba media docena de amigos que gesticulaban a ras de asfalto.

La calle donde se produjo el atropello, a las afueras de Collado Villalba, era hace cinco años un camino de tierra. Se diseñó para descongestionar el tráfico del polígono. A un lado se encuentran las naves de las empresas y al otro, urbanizaciones y chalés. No han sido pocas las reclamaciones de los vecinos, que consideran que se trata de una carretera muy peligrosa. "Yo diría que mortal", afirma José María, que vive en la zona.

En la urbanización Los Fresnos, donde vivía la fallecida, durante una reunión vecinal se aprobó el 29 de enero de 2006 solicitar al Ayuntamiento la instalación de un espejo de visibilidad en las esquinas de las calles y unos badenes para que los coches redujesen la velocidad. Jesús Barroso, ex vicepresidente de la comunidad, cree que es una vía "muy mal hecha". "Por estar al lado del polígono es normal que circulen camiones y aparquen aquí. Acceder a ella es muy complicado. Encima tiene unos dos kilómetros en recta, sin baches, lo que hace que los vehículos cojan velocidad", explica.

Su esposa, Mercedes Cortés, agranda el drama: "Llevar a los niños al colegio o ir al supermercado es un suplicio. Sabes que te la juegas". Fuentes municipales informaron de que no se había producido hasta ahora ningún incidente relevante en la carretera y que creen que lo sucedido no tiene relación con las características de la vía. "Es más, el hombre no iba muy rápido, como a 50 kilómetros".

El actual administrador de la urbanización, Leopoldo Cuéllar, asegura que se ha dirigido varias veces a Atención al Ciudadano del Ayuntamiento de Collado Villalba solicitando mejoras pero dice que no ha obtenido respuesta.

Nada se puede hacer ya por la vida de Khadija El Haddad, la mujer de 26 años que no llegó a conocer a su hijo. Hoy, a las 13.00, se honrará su memoria en la mezquita de la M-30 de Madrid. Su cadáver será repatriado a Alhucemas esta semana. "Ojalá algún día su hijo pueda visitar su tumba", desea Abdessakam Yaagoni, el tío abuelo del pequeño.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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