Los extraños mareos de Kiko
Los médicos del Hércules no saben qué le pasa al joven extremo derecho que se quedó sin fuerzas en dos entrenamientos
"No es nada psicológico, la causa de los mareos es física", aseguró anoche Kiko Femenía, el extremo derecho del Hércules, de 19 años, que el lunes y el miércoles se quedó sin fuerzas en los entrenamientos. Y que, ayer, tras un día de pruebas y análisis por parte de los médicos del club, seguía sin saber a qué se debían los mareos. El martes no pisó el campo de prácticas por precaución, pero el miércoles volvió a retirarse sin fuelle. Y hoy se entrenará apartado del grupo.
Aprovechando la jornada de descanso, ayer fue sometido a diversas exploraciones. La versión de los servicios médicos del club a mediodía era que no es "nada grave" y que todo se debía a un tapón en el oído que hacía perder el equilibrio al jugador. Pero, por la tarde, el otorrino que le extrajo dos tapones, uno de cada oído, concluyó que estos eran demasiado pequeños como para provocar los trastornos.
"No es nada psicológico, la causa es física", afirma el jugador canterano
Kiko debutó en la máxima categoría en el minuto 60 de la primera jornada de la Liga contra el Athletic, partido en el que sufrió un ataque de ansiedad sobre el césped. Tres errores consecutivos y la consiguiente bronca del entrenador provocaron que acabara casi perdiendo el aliento, aunque se recuperó gracias al apoyo desde la banda de su compañero Rufete. Desde entonces, Kiko no había vuelto a tener problemas y llegó a conseguir la titularidad en la quinta jornada, contra el Sevilla, donde tuvo una activa participación en los dos goles de su equipo. A pesar de que pesa poco más de 60 kilos y de su endeble apariencia, nunca antes había pasado por un trance así, ni siquiera en los momentos de tensión que supusieron la lucha por el ascenso la temporada anterior con el mismo entrenador, Esteban Vigo.
Kiko Femenía es el único jugador de la plantilla del Hércules, la más veterana de Primera División con más de 30 años de media, que procede de su cantera, de donde han salido Toño, portero del Racing y Miguel de las Cuevas, que llegó al Sporting procedente del Atlético de Madrid. Kiko nació en un pequeño pueblo del interior de Alicante, Sanet i Negrals, de apenas 750 habitantes, y llegó en 2004 al Hércules, todavía en edad infantil. Ha sido internacional sub 18 y sub 19 y, a su edad, se ha convertido en una referencia del club herculano.
Este verano, casi un año después de renovar por cinco temporadas con el Hércules, no pudo formar parte por una lesión de la selección española sub 19 que consiguió el subcampeonato de Europa de la categoría tras perder la final contra Francia. Su debut en Segunda, en junio de 2008, con 17 años, también fue accidentado. El Cádiz descendió a Segunda B después de jugar en el Rico Pérez, pero acabó promoviendo una denuncia en la Federación que no prosperó por alineación indebida de Kiko. Esa temporada jugó en el juvenil A, el B, el Hércules B de categoría preferente y en el primer equipo. Después rechazó ofertas del Real Madrid, Valencia y Villarreal y aceptó una cláusula de 10 millones en su nuevo contrato para seguir jugando en el Hércules en Segunda División.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.