"Me crezco con las dificultades"
Apréndanse este nombre: Pablo Heras-Casado. Granadino. 33 años. Director de orquesta. Es una de las apuestas fuertes del director artístico Gerard Mortier para su trabajo con los músicos del Teatro Real, donde piensa hacer rotar a diferentes expertos en varios repertorios. A quien le toca parte de lo contemporáneo es a este músico que descubrió Mortier en París y a quien hará lidiar a partir del jueves con la primera gran cita de su nueva era: Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, de Kurt Weill y Bertolt Brecht, con montaje de La Fura dels Baus.
Heras-Casado lleva año y medio dedicado en cuerpo y alma a Weill y Brecht. Pero el director asume lo que se le viene encima, su debut en el Real: "Cuando uno tiene claro lo que quiere y está seguro de lo que quiere no te puedes asustar. Al contrario creo que me crezco con las dificultades. ¿Que habrá polémica? Seguro. Pero eso no es malo, al contrario. No siempre todo el mundo está de acuerdo con uno. Sería aburridísimo". La experiencia le ha sorprendido. "Nunca había estudiado a fondo una obra de Weill. Y reconozco que he descubierto una de las grandes piezas del repertorio del siglo XX".
De Brecht, Heras-Casado destaca la pasión en el texto. "Es potentísimo, de una calidad inigualable. No hay ni un solo momento en el libreto decorativo, todo él está cargado de una grandeza musical que en ocasiones puede resultar apabullante". Sobre Weill, afirma: "No ha incluido nada gratuito ni ornamental. Hay una conexión perfecta entre texto y música, algo difícil de conseguir en la ópera. La música te seduce desde el primer compás y va iluminando el texto con una elegancia sobrecogedora. No hay nada que te deje impasible. No hay nada pretencioso".
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