El Igape presta el doble a compañías en crisis que a nuevos proyectos
Las subvenciones para automóviles igualan a las de inversiones empresariales
Que el sector público gallego ha mudado con la crisis no sólo se comprueba a golpe de las presentaciones públicas que realiza el conselleiro de Economía; la última, una línea de anticipos de subvenciones concedidas a fondo perdido para grandes proyectos de inversión que no requieren la presentación de avales. El departamento que dirige Javier Guerra se retrata a través del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), y sus ejes de actuación marcan en el último año y en la ejecución del presupuesto de este ejercicio un viraje sólo explicable por los zarpazos de la crisis y el especial interés de la Administración gallega para fomentar el consumo y reactivar las ventas de determinados sectores, como es el caso del automóvil.
El instituto público aportó en 2009 15,3 millones de ayudas para renovar coches
El balance del Igape en 2009 muestra que los préstamos concedidos a empresas en crisis (los fondos Adiante), por un total de 11,2 millones de euros, representaron más del doble que los concedidos a nuevos proyectos (fondos Emprende), que sumaron 5,3 millones en créditos. Otro tanto sucede con algunas líneas de ayudas y subvenciones habilitadas por el sector público gallego desde que Feijóo llegó a San Caetano. Por ejemplo, la actuación "que más llama la atención", a ojos de los autores del informe de coyuntura de la Fundación Caixa Galicia, es el plan dirigido a la renovación de automóviles para vehículos de más de 10 años de antigüedad o 250.000 kilómetros en sus motores. Esos 700 euros de subvención media fueron a parar en 2009 a 21.742 solicitantes, con 359,3 millones de euros de inversión y 15,3 millones de subvención del Igape. Ese importe, según los datos que maneja el equipo dirigido por el profesor Alberto Meixide, supuso una cifra casi idéntica a las ayudas del instituto destinadas ese mismo año a apoyar inversiones empresariales y proyectos ambientales.
La actuación de Xesgalicia, sociedad que gestiona los activos de la compañía pública Sodiga y fondos de capital riesgo como los citados Adiante y Emprende, también marca un viraje en cuanto a sus prioridades. El primero de ambos fondos, destinado a empresas viables pero en dificultades, fue en 2009 el que absorbió una mayor cuantía de recursos públicos, 12,5 millones de euros entre préstamos y participaciones en el capital de empresas en crisis. Frente a ese volumen, el fondo Emprende manejó, en total, 8,7 millones de euros. Beneficiarios de las actuaciones del Igape para salvar empresas en apuros a través de estos instrumentos fueron, entre otros, el Puerto de Celeiro, firmas de la dimensión de Ediciones Informatizadas (Einsa) o el Grupo Támega, de transporte de mercancía.
Aunque el Igape suele difundir sus actuaciones sólo de manera segmentada, la ejecución presupuestaria del instituto público para este año sigue apoyándose en combatir los problemas de financiación empresarial. Sólo así se entiende, a juicio de los autores del informe de coyuntura de la Fundación Caixa Galicia, que sus presupuestos dedicados a fomentar la inversión caigan un 30% este año, al pasar de 233,6 millones en 2009 a 163,7.
Para corregir esta tendencia, el departamento de Guerra intenta centrarse en ayudar "a superar los problemas que acostumbran a tener los empresarios" a fin de "lograr la financiación para sus proyectos de inversión".
Sin solución para Filmax
Suspensiones de pagos como las de Montoto y Tecnoambiente, o expedientes de regulación de empleo como los de Caramelo y Dygra Films, las cuatro empresas con capital de la Xunta en su accionariado, representaron en 2009 los principales quebraderos de cabeza para los técnicos del Igape. Este año, sus preocupaciones se reparten entre Barcelona y Santiago, con la mirada puesta en Filmax, grupo de distribución y producción de cine que a finales de julio presentó concurso de acreedores en un juzgado de capital catalana.
Dos empresas del conglomerado audiovisual que dirige Julio Fernández, Filmax y Bren Entertaiment, ambas en suspensión de pagos, están participadas por la Xunta. En el caso de la matriz, la presencia pública de Xesgalicia en su capital asciende a un 9,2%, que firma la sociedad de capital riesgo Sodiga. Caixa Galicia también es accionista, con otro 8% de Filmax. Bren Entertainment tiene su base en Santiago.
El grupo de distribución presentó concurso de acreedores para su matriz y cinco filiales, que acumulan una deuda de 174 millones de euros. Al margen de Filmax, las firmas del grupo que ahora están en concurso (sirvieron para avalar un crédito sindicado con la banca) son las distribuidoras Sogedasa, Filmax Pictures y Bren Entertainment, así como las productoras Castelao Productions y Filmax Animation. Otras cuatro filiales se han salvado del proceso concursal.
El grupo de Julio Fernández es uno de los escasos ejemplos de empresas que, aunque con vinculación a Galicia, tienen su sede en otras latitudes y están participadas por la Xunta.
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