"Ya huele a toros"
Los encierros de San Sebastián de los Reyes comienzan sin percances
"Ya huele a toros", dice una limpiadora a su compañero mientras ponen a punto la calle de Leopoldo Jimeno, donde se hallan los corrales de suelta y, por tanto, el inicio del recorrido de los encierros de San Sebastián de los Reyes. Quedan dos horas hasta que comience el primero de este año -rápido y sin heridos de importancia-, pero ya se nota la actividad en las inmediaciones de la plaza.
Uno de los que espera ansioso es Tom Lenihan, un irlandés de 46 años adicto a la adrenalina. "Vengo por el subidón", explica. "Ayer estuve en la Tomatina , hoy estoy aquí y esta noche me vuelvo a mi país. En ambos sitios es mi primera vez, pero a los sanfermines he ido ya seis años. Suelo hacer esta clase de cosas locas, también piloto helicópteros, hago paracaidismo, escalo edificios...", explica, ataviado con un pañuelo al cuello y otro en la cabeza.
1.800 corredores participaron en el primer festejo de la localidad
En unos encierros como éstos, con casi medio milenio de tradición -los primeros datan de 1525-, hay auténticos veteranos. Es el caso de María Luisa (72 años) y Vicente (63), que tienen los codos pelados de apoyarlos en las talanqueras, las vallas de madera que delimitan el recorrido y que dan nombre a su peña. "Estoy aquí desde las 5.30 y vengo desde que tenía cinco años", afirma María. "Yo soy adicto. No entiendo Sanse sin los encierros", confiesa Vicente. "Cuando era joven corría. Desde los 17 o 18, hasta los 30, más o menos" asegura. "Hasta que te lo prohibió tu mujer", interviene su amiga, y se ríen a la vez.
En los corrillos hay un tema común: la prohibición de las corridas en Cataluña. "Aquí eso no va a pasar porque es un tema político y aquí están a favor
[en marzo el Ayuntamiento aprobó una moción para declarar los encierros Bien de Interés Cultural, con los votos a favor de PP y PSOE]". Lo afirma Lope Rojo, que tiene 67 años y desde hace 30 es el encargado de abrir la conocida como puerta de los cagados. "Es una puerta que divide el recorrido. Los que están cerca de la plaza a veces pisan la arena prácticamente antes de que los toros salgan. Los que están en la parte de arriba son los que los ven de cerca, por eso siempre hay alguno que te pide que le abras la puerta para alejarse de las reses. De ahí el nombre".
La megafonía repite las normas para los corredores. También lo hará en inglés, muestra de la internacionalidad de unos encierros que algunos consideran los segundos más importantes de España tras los sanfermines. Precisamente la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, pregonera de estas fiestas, fue ayer una espectadora más entre los sanseros.
A las advertencias acústicas se suman casi 400 efectivos entre Policía Local, Nacional y Protección Civil, que se dejan ver a cada paso, expulsando a los que dan muestras de no encontrarse en condiciones o de no tener la edad mínima (16 años). Aunque no siempre se consigue. "Salga del recorrido", le dice un agente de Protección Civil a una chica. Al darse la vuelta, la joven le hace un gesto de burla que es visto por uno de sus compañeros. "Haga el favor de salir y tenga un poquito de respeto", le reprende. "Carol, espera un poco", le recomienda una amiga. Para el cohetazo de salida estará de nuevo entre las talanqueras.
El encierro pasa en un suspiro -no llega a los dos minutos- y ninguno de los 1.800 corredores sufre percances de gravedad. Para algunos de los 6.000 espectadores esos 120 segundos se hacen eternos. Toñi (54 años) y Sandra (28) unen sus miedos en la misma persona, hijo y novio a la vez. Juntas lo sobrellevan lo mejor que pueden. "Yo empiezo a disfrutar ahora, cuando sé que está bien", dice aliviada Toñi. "Los 10 minutos antes del encierro lo paso fatal", reconoce Sandra. Ya están más relajadas. "¡Ahora nos vamos a almorzar!", exclama la novia. Hoy repetirán.
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