Prisma, un plan para apoyar la creación de infraestructuras
El plan de financiación de infraestructuras que opera bajo la denominación de Prisma (Programa Regional de Inversiones y Servicios de Madrid) vio la luz en 1997 para, según el decreto que lo puso en marcha, paliar las deficiencias en las dotaciones municipales destinadas a prestar servicios públicos. Desde ese año, la Comunidad de Madrid ha ido aprobando planificaciones plurianuales (1997-2000; 2001- 2005; 2006-2007 y 2008-2011) con una dotación económica cada vez mayor. El plan vigente hasta el final de esta legislatura contempla una inversión de 700 millones de euros en cuatro años a los que se suma una aportación de 28 millones por parte de las Corporaciones locales "en función de la disponibilidad presupuestaria".
Los 178 municipios con derecho a estas inversiones (todos salvo la capital) perciben las partidas económicas sobre un cálculo basado en la renta familiar disponible per cápita, el paro registrado, el crecimiento de la población, la protección medioambiental, el patrimonio histórico artístico, los ingresos corrientes y la tasa de inmigración registrada.
El volumen de inversión destinado a cada municipio debe corresponderse a su vez con un listado de proyectos de mejora de instalaciones e infraestructuras elaborado por cada Corporación.
Las actuaciones económicas sujetas a este programa se distinguen en tres tipologías: infraestructuras, equipamientos y zonas verdes. No obstante, a la vista de la precariedad financiera de las entidades locales que la crisis inmobiliaria ha agudizado, en el último plan de inversiones se amplió del 20% al 25% el porcentaje que los Ayuntamientos podían destinar a gastos corrientes no relacionados con la construcción de nuevas infraestructuras de uso público.
