Reyes y Navarro rescatan a España
Los de Scariolo sufren ante Argentina con las bajas de Rudy Fernández y Marc Gasol
Por encima de la victoria contra Argentina, el parte de guerra: Rudy Fernández, el desatascador de España, no jugó el amistoso, aquejado de un golpe en el adductor del muslo izquierdo que le obligará a someterse hoy a pruebas médicas. Marc Gasol, el pívot titular, un peso pesado en el juego y el equipo, se retiró del encuentro con un golpe en la espalda -jugó solo los cinco primeros minutos-. Alex Mumbrú se desempeñó con una tira de plástico sujetándole una rodilla. Y Sergio Llull reapareció tras mes y medio de baja por lesión. A menos de 15 días para que arranque el Mundial de baloncesto de Turquía -desde el 28 de agosto-, y con tres amistosos aún pendientes en el programa, España, imbatida en la preparación, acumula tantas victorias como moratones.
ESPAÑA 83 - ARGENTINA 76
España: Calderón (10), Navarro (14), Mumbrú (7), Garbajosa (3) y Marc Gasol -cinco inicial- Vázquez (9), Ricky Rubio (7), San Emeterio (8), Llull (9), Reyes (14) y Claver (2).
Argentina: Prigioni (2), Jasen (7), Delfino (16), L. Gutiérrez (9), Scola (26) -cinco inicial- Quinteros (7), J. Gutiérrez (4) y Kammerichs (5).
Árbitros: Hierrezuelo, Sacristán y Uruñuela.
Plaza de Toros de La Ribera en Logroño (La Rioja). Lleno.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
23-17
19-23
22-23
19-13
Llull reapareció percutiendo una y otra vez tras mes y medio de baja por lesión
A casi 5 minutos del final, con el partido convertido en una suma de embestidas, Argentina manda (71-72). No es una obra coral. Es una obra particular: de atrás adelante, Carlos Delfino (16 puntos) barre el frente de ataque con su versatilidad de jugador del siglo XXI, siempre de fuera adentro, aprovechando su alma de alero en su corpachón de 1,98m; y Luis Scola suma tantos puntos (26 puntos y 7 rebotes) como bruscos bloqueos. Al protagonismo de los dos argentinos se enfrenta España desde la pluralidad, como corresponde al campeón mundial y europeo, además de subcampeón olímpico: hasta cinco jugadores -Reyes, Navarro, Calderón, Llull y Vázquez- tuvieron peso anotador en el equipo, que vivió entre apreturas por el pobre porcentaje de acierto en tiros libres (55%). En el fuego de esos minutos decisivos, mantenido el equipo en el juego por la brega de Reyes, se cuece Argentina, cocinada por Navarro. Para él, como para todos, no era un partido cualquiera.
El tiempo es un juez implacable. Las dos selecciones se enfrentaron en las semifinales del Mundial de Japón 2006. Fue un encuentro para fuertes, decidido inesperadamente por Sergio Rodríguez (75-74). A la vuelta de cuatro años, los jugadores con peso en el equipo argentino, hombres todos ellos de exitosa trayectoria -Prigioni, Scola, Oberto, Nocioni...-, eran casi los mismos: nueve de los seleccionados tienen más de 30 años. En España no ocurre eso. En España pasa otra cosa. España es un equipo en el que los veteranos -Navarro, Calderón o Gasol, por ejemplo- tienen el apoyo de jugadores entonces desconocidos para los grandes escenarios, que aseguran el relevo. Está Ricky Rubio, adaptado a un papel de menor protagonismo con respecto al que desempeña en el Barça. Está Llull, que aquí juega de escolta, percutiendo y percutiendo, siempre al asalto. Y está Víctor Claver, que aún busca su sitio. España tiene presente y futuro. Argentina, un equipo competitivo y orgulloso, acerado hasta el límite en el transitar de los cortes por la zona -la marca del duro Scola- solo presente.
La albiceleste compitió con las dentelladas del juego de poste de Scola. Fueron puntadas con muy poco hilo, el sello de un equipo correoso, veterano y sabio en la interpretación de los partidos y sus vericuetos, pero siempre a rebufo de España. Al equipo de Scariolo le espara ahora la prueba de Brasil. En el horizonte, el domingo, un amistoso que de amistoso no tendrá nada: tras la magnífica final de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, España recibe a los Estados Unidos en Madrid.
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