Conflicto de intereses
Que seis de los 16 de la Organización Mundial de la Salud tengan relación con la industria farmacéutica, era algo cantado y no solo eso, de los restantes, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. La cifra de muertos atribuida a la nueva gripe no ha significado incremento alguno sobre los que se producen cada año por la gripe estacional, pero la gran diferencia ha sido la gestión de las vacunas: mientras las convencionales son ya un genérico anual, las de la gripe H1N1 tenían una patente bien sujeta que a algunos laboratorios les ha dejado pingües beneficios.
Que se publiquen ahora los datos de los expertos que manejaron la crisis demuestra que no hay teorías conspirativas, sino que existen teorías plausibles al margen de las oficiales y sobre todo pone en evidencia a los que manejan la salud mundial.
