"El cuerpo de Pau es un Ferrari"

Joaquín Juan (Montijo, 1979) es una de las personas más ligadas al éxito de Pau Gasol. Trabaja lejos de los focos, pero cuando el mejor jugador en la historia del baloncesto español necesita estar al cien por cien, sufre un percance o necesita mejorar físicamente, allí está él para ayudarle a dar lo mejor de sí mismo. No es una tarea fácil. Pau tiene que fajarse con los tipos mastodónticos y superatléticos que abundan en la NBA y en el baloncesto mundial: Dwight Howard, Kevin Garnett, Tim Duncan, Yao Ming. Gente con una musculatura casi de fisioculturistas y que pesa más de 140 kilos y mide más de 2,15 metros. Eso, en temporadas con más de cien partidos oficiales en la NBA, caso de las dos últimas en que ha ganado el título con los Lakers, además de al menos una docena de partidos más con la selección, con la que es campeón mundial y de Europa.

"No podemos hacer que sea mejor pero intentamos que no tenga limitaciones"

"Es un buen paciente. Pese a su agenda repleta de viajes y compromisos hace lo máximo por mejorar físicamente. Es consciente de lo trascendente que es su cuerpo para su profesión, es un deportista con mentalidad innovadora. El tipo de trabajo que realizamos con él es el futuro. Los equipos donde hay 20 o 25 deportistas no pueden contar con un fisio para cada uno. Cada vez se lleva más el entrenador personal, de confianza, que no hace sino sumar y perfeccionar el trabajo que se realiza con el equipo. Y en mi caso, se junta el concepto de preparador y el de recuperador físico. A fin de cuentas, vive de ello y es lo primero que debe tener en cuenta. Su cuerpo es como un Ferrari. Confía y tiene sintonía con el preparador físico como Alonso confía en su mecánico".

Licenciado en Educación Física y Fisioterapia, los métodos y las manos de Juan obran milagros. Lo atestigua el selecto grupo de deportistas con los que ha trabajado: Gibernau, Garbajosa, Óscar Sevilla, Anabel Medina, De la Fuente o Raúl López. Juan no lo hubiera imaginado. Con solo 15 años empezó a trabajar en temas relacionados con la salud y el deporte. Fue nadador, se sacó los cursos de socorrista y empezó a ejercer en la piscina municipal de Montijo. Se licenció en Educación Física en Salamanca. "Había jugado a fútbol y participé en congresos de preparación física, casi siempre relacionados con ese deporte. Mis expectativas eran ser entrenador en un centro de alto rendimiento o en un club. No era fácil. Decidí hacer Fisioterapia en la Universidad Alfonso X en Madrid. Me gustó y, después de trabajar en varias piscinas de Montijo y Madrid, decidí dedicarme a lo mío".

Cursó prácticas de fisioterapia en el Atlético de Madrid. De ahí surgió un contacto que le llevó al Barcelona. El doctor Jordi Ardévol, a través de Àngel Mur, le puso en contacto con el médico que llevaba el balonmano y el hockey patines, José Antonio Gutiérrez, ahora médico de la selección. "Él fue mi mentor. También le debo mucho al doctor Domingo Delgado, médico del Madrid en la época de Scariolo". Con Delgado trabaja ahora en el centro de traumatología y fisioterapia Castellana 28.

Antes, Juan ejerció en un gimnasio de Boadilla. Fue una época de trabajo a destajo, con el inconveniente de los desplazamientos, el mismo día y de madrugada de Madrid a Barcelona y viceversa. Fue poco después cuando Gasol, en sus primeros años en Memphis, sufrió una fascitis plantar. Sus agentes contactaron con él. Y a partir de ahí se estableció una estrecha relación. Juan viaja al menos una vez cada cuatro o seis semanas a Estados Unidos para trabajar con Gasol. Le sigue igualmente durante la época de vacaciones o en las concentraciones y campeonatos de la selección.

"Pau es un portento", afirma. "Nació con unas cualidades físicas impresionantes y es muy fácil trabajar con él. Todo lo que toca lo mejora. Ya venía con un bagaje muy bueno porque Pepiño Casal (ex preparador del Barça) lo cogió de muy joven. Su cuerpo está muy educado para ganar masa muscular y muy adaptado al trabajo cardiovascular y de flexibilidad. Lo único difícil es su denso día a día. Es un referente en sus equipos y está sometido a una presión y a un estrés máximos. Después de años sin descanso, aprovecharemos que no competirá en el Mundial (a partir del 28 de agosto en Turquía). Si ha parado no es sino para seguir mejorando. No podemos hacer que sea mejor pero intentamos que no tenga limitaciones desde el punto de vista físico".