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EL RINCÓN

La casa del esquilador de ovejas

Una de las más intensas experiencias vividas por Chris Stewart es la de esquilar ovejas. El escritor británico, que desde hace 22 años vive en la Alpujarra granadina, le pide al fotógrafo que le retrate afilando los peines metálicos con los que esquila a una velocidad fuera de lo común. A su mujer, Ana, la trajo "engañada, pero nunca nos hemos arrepentido". Un día el ex batería de Génesis se reencontró con un inglés en un pueblo de Sevilla, al que había conocido la semana anterior en Londres. Stewart tiene una fe muy grande en las señales, en los pliegues que el destino va trazando y en los que la realidad puede verse como un espejo. "Aquello no era una casualidad, así que se incorporó al viaje y nos trajo a la Alpujarra. Aquí supe que quería que mis huesos descansaran en este lugar", añade.

Stewart escribe libros llenos de sentido del humor, originales y directos, con un estilo que arrastra y entretiene. Su última publicación en España es Tres maneras del volcar un barco (Salamandra). "Me ofrecieron un trabajo de patrón de barco por las islas griegas. Sólo un tonto puede aceptar algo así sin saber navegar, pero me gusta estar al borde del abismo, la incertidumbre y la emoción de la aventura. Podríamos decir que no soy un tipo muy normal", confiesa entre risas.

Para llegar a su cortijo hay que recorrer a pie un largo camino de grava tras pasar un puente que el río Trevélez arranca cuando hay crecidas. "Este año nos quedamos aislados mucho tiempo", recuerda Stewart, sonriente porque le trajimos pan, un lujo pese a ser todo un best seller que ha vendido más de un millón y medio de libros de su Entre limones. "He ganado una libra más o menos por libro, no tengo agobios económicos, pero he sido bastante pobre", comenta recordando los primeros meses en El Valero, cuando se alimentaba de lo que lograba cultivar y vivía sin agua corriente ni luz, algo que todavía sucede salvo por unas placas solares con las que mantiene el teléfono y el portátil. Pese a ello, Chris camina descalzo. No tiene tiempo, asegura, de aburrirse. "En El Valero siempre hay cosas que hacer". Luego llega Manolo, que trabaja junto a él y le sugiere un alambre más grueso para evitar que una zorra vuelva a comerse a las gallinas.

Chris escribe cada día en un lugar diferente, pero siempre en su granja. "Algún día trataré de escribir yo mismo en español, e incluso puede que me atreva con una novela", avisa. Mientras se hace el camino de vuelta, uno siente como si existiera una alternativa a nuestros sueños domesticados, a las selvas artificiales.

El escritor y músico británico Chris Stewart, en su cortijo en Las Alpujarras.
El escritor y músico británico Chris Stewart, en su cortijo en Las Alpujarras.PEPE MARÍN ZARZA

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