Castells no repetirá en las listas del PSC pero seguirá en política
El consejero denuncia la "servidumbre" de los socialistas catalanes al PSOE
Antoni Castells no repetirá en las listas del PSC para las elecciones de otoño. El consejero de Economía, que en los pasados comicios figuró como número dos en la candidatura por detrás del presidente José Montilla, abandona como diputado tras tres legislaturas. Fue elegido por primera vez en 1992, y en 2003 volvió a la cámara como consejero de Economía. "He decidido no ir en las listas", explicó Castells en una entrevista publicada ayer en los diarios El Punt y Avui. Se retira de diputado, aunque seguirá en política. "Creo que en estos momentos es conveniente coger una cierta distancia", justifica. La intención de Castells es seguir trabajando y asegura que colaborará con Montilla para que gane las elecciones.
"En estos momentos es conveniente coger una cierta distancia", justifica
En la entrevista, el consejero se muestra muy crítico con la relación entre el PSC y el PSOE, y reitera su petición de tener grupo propio en el Congreso, de la que ha hecho bandera como máximo valedor del llamado sector catalanista del partido. Castells destaca especialmente la reacción de los socialistas catalanes frente a la sentencia del Estatut. "En un momento en que un millón de ciudadanos salieron a la calle, el PSC tenía que decir claramente que entre Cataluña y el PSOE, para nosotros lo primero es Cataluña. Pero prevalecieron los equilibrios con el PSOE", denuncia. Duro con Zapatero por su reacción ante la sentencia del Estatut, Castells considera que, en las semanas posteriores al fallo, al PSC "se le han visto claras las limitaciones cuando plantea la relación con el PSOE, sus hipotecas y su servidumbre".
Pese a su retirada parlamentaria, Castells continuará vinculado al PSC, aunque asegura que entregar el escaño le permitirá "trabajar con cierta distancia, teniendo una cierta libertad y una cierta independencia". Su objetivo pasa por hacer del PSC una fuerza política central: cree que el partido está perdiendo la centralidad en Cataluña.
En sus siete años como consejero, Castells ha alzado la voz en reiteradas ocasiones reclamando el cambio en el partido que intentará lograr ahora fuera del Parlament. Sus reivindicaciones le han costado más de una reprimenda de la dirección, y de hecho su relación con Montilla se ha enfriado desde la dura negociación por la financiación autonómica, hace dos años, en la que el presidente consideró que Castells se excedía en sus declaraciones. Desde entonces, las llamadas a filas han sido constantes, así como también las subidas de tono de las reivindicaciones de Castells, acompañado a menudo del consejero de Educación, Ernest Maragall, o la titular de Justicia, Montserrat Tura. La última ocasión que tuvo Castells de mostrar su descontento con la línea oficial del partido fue en la última ejecutiva, en la que protagonizó una agria intervención que algunos presentes consideraron su portazo definitivo al partido.
El portavoz del PSC, Miquel Iceta, alabó a Castells aunque defendió la relación de los socialistas catalanes con el PSOE. Del sector catalanista, Maragall recomendó leer "poco a poco" la entrevista y avisó de que le añadirá "alguna cosa". Tura, por su parte, llamó a "respetar" la decisión de Castells.
La oposición aprovechó la ocasión para cargar contra los socialistas catalanes. Artur Mas, líder de CiU, consideró que las palabras de Castells son "una estocada fuerte" hacia la dirección socialista, porque reflejan que "el PSC tiene una clara hipoteca con el PSOE". Mas propuso la solución: que los socialistas pasen "un tiempo en la oposición".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.