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El Parque Central echa a andar

El gran jardín de Valencia depende de la obra ferroviaria y de las plusvalías - La reunión con los equipos sirvió para fijar los criterios del futuro jardín

El futuro corazón verde de Valencia, el Parque Central, cobra vida. Los responsables de la sociedad Valencia Parque Central, participada por el Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento y la Generalitat, se reunieron ayer con los cinco equipos de arquitectos, ingenieros y paisajistas que aspiran a diseñar el gran jardín sobre la playa de vías que duerme a la espalda de la Estació del Nord de Valencia.

Como explicaron de una forma u otra los representantes de los equipos, el parque culminará una actuación tremendamente compleja y supeditada a la evolución de la obra ferroviaria, pues los raíles que hoy yacen en superficie, así como la vía del AVE a Madrid, que empezará a funcionar en diciembre, discurrirán en el subsuelo en un futuro. No solo eso, sino que, además, la propia ejecución del parque depende de las plusvalías urbanísticas que obtenga el Ayuntamiento de Valencia con el desarrollo de un nuevo barrio y la construcción de cuatro torres en las esquinas del jardín.

El equipo ganador se conocerá poco antes de elecciones el año que viene

De esta manera, y a tenor del tono cauteloso que manejó ayer Inmaculada Rodríguez Piñero, secretaria general de Infraestructuras del ministerio, ensayar una fecha en que el parque pudiese estar listo es una apuesta arriesgada, más aún cuando todavía debe cerrarse el proceso de reparcelación de todo el espacio a reordenar, algo más de 65 hectáreas. Aún así, la alcaldesa, Rita Barberá, ya dio ayer a los concursantes los criterios a seguir cuando se sienten a pensar el parque.La única fecha clara en el gran proyecto que reordena la red ferroviaria de Valencia y crea su gran jardín es la de la llegada del AVE el próximo diciembre. Los pasajeros bajarán del tren en una estación provisional, ya que la definitiva, del arquitecto César Portela, tardará varios años en estar lista y ha sufrido retrasos al calor de polémicas entre las administraciones. A las dificultades inherentes a un proyecto de esta envergadura, con una inversión que supera los 800 millones de euros, se ha unido la crisis económica, que ya ha obligado a recortar inversiones ferroviarias, como es el caso del túnel del AVE que partirá de Valencia hacia Castellón. Rodríguez Piñero insistió ayer en que la situación financiera 'marcará el ritmo de ejecución de las obras'. No dejarán de hacerse, pero se retrasarán. Así, sobre la futura estación central, la secretaria general de Infraestructuras afirmó: 'La estación central la necesitamos y la vamos a hacer, pero tenemos que ser realistas'. El gran jardín no sólo depende del soterramiento de las vías, sino que su desarrollo está supeditado a unas plusvalías urbanísticas que se calcularon en años de bonanza y que se comprometió a aportar el Ayuntamiento de Valencia. De hecho, el teniente de alcalde, Alfonso Grau, asumió recientemente que el proyecto se desarrollará por fases. Pero de momento, el jardín avanza al menos en los papeles. La alcaldesa desglosó su idea de jardín: 'El paisaje debe prevalecer, que integre la naturaleza a la ciudad y sea seguro; que los gamberros no encuentren en zonas frondosas lugares para poder esconderse'. Barberá mencionó también que el agua, igual que 'el color de las flores', debe compartir protagonismo con el verde. La regidora incluso lanzó la idea de que se podría reproducir el modelo de acequias de la provincia. Además, Barberá insistió en que el futuro parque, que ocupará unas 23 hectáreas, sea 'vivo, usable para todos, jóvenes y viejos' y que tenga en cuenta a las personas discapacitadas. 'Se ha propuesto a los equipos', apuntó, 'la posibilidad de crear un jardín para invidentes, con arbustos y plantas aromáticas'. Por último, la regidora señaló que 'el parque debe potenciar la oferta cultural de la ciudad', con la construcción, por ejemplo, de 'un auditorio al aire libre' e insistió en que el jardín 'no debe ser un cajón de sastre por las carencias de equipamientos de otros barrios'. Así, los cinco equipos aspirantes a diseñar el Parque Central parten de un escenario cimentado en las directrices de quienes tienen que decidir qué diseño les convence. Los equipos saben que la fecha límite para entregar sus anteproyectos es el 3 diciembre y que entonces deberán esperar cuatro meses más para que el jurado dé su veredicto. El ganador, cuyo nombre se conocerá semanas antes de las elecciones municipales y autonómicas, tendrá un año y tres millones de euros para desarrollar el proyecto definitivo.

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