Último aviso para Martinsa
El nuevo convenio ata de pies y manos la gestión de Fernando Martín y los administradores devuelven la inmobiliaria a una situación patrimonial positiva
Pocas veces un matiz llega a cobrar tal significado para la viabilidad de una empresa. "
Martinsa-Fadesa es un proyecto vivo, perdurable y solvente si nos dejan", advirtió el presidente de la inmobiliaria, Fernando Martín, en la última junta de accionistas, celebrada en junio. Esa coletilla, "si nos dejan", se ha convertido en un mes en la piedra angular de un futuro que está ahora más que nunca en manos de la banca, en un esfuerzo, quizá el último, por salvar de la liquidación la que es desde hace dos años la mayor suspensión de pagos de la historia española. El nuevo convenio presentado por los cuatro mayores acreedores (Caja Madrid,
La Caixa, Caixa Galicia y Banco Popular) marca una hoja de ruta muy diferente de la pergeñada en su día por Martín, da oxígeno a la inmobiliaria, que no a su presidente, y traza un horizonte para que haga frente a sus deudas que, en el peor de los casos, se prolonga hasta 2023.
La banca acreedora: "Es hora de que Martín demuestre que sabe gestionar"
Quienes no acepten convertir sus créditos en capital cobrarán en 2023
A modo de contrarreloj sobre esos dos años inmersa en el concurso, el titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña dictó el miércoles el final de la fase común y abrió así la puerta a la tramitación de los convenios de acreedores que ahora hay sobre la mesa. Por un lado, la propuesta de Martín, de diciembre de 2008 y de la que ahora se descuelgan las cuatro entidades que impulsan el nuevo acuerdo (suman más del 20% de pasivo). Y por otro, el convenio de la banca, que "suaviza los términos de la propuesta anticipada con un objetivo: satisfacer a los acreedores a través del mantenimiento de la actividad" de la inmobiliaria. Pero desde las cuatro entidades financieras lanzan un mensaje explícito: "Es hora de que Fernando Martín demuestre que sabe gestionar; de lo contrario, se abre la posibilidad de que seamos los acreedores los que nos hagamos con el control y todo cambiará".
Los cuatro mayores acreedores han conseguido una primera victoria, que los administradores concursales, en el preceptivo informe que actualiza y determina el total del pasivo de la compañía, reconozca más deudas de la que tenían cuando presentó la suspensión de pagos. Son 2.454,1 millones de euros los que la inmobiliaria debe ahora a Caja Madrid, La Caixa, Caixa Galicia y el Popular, los que impulsan el convenio, frente a los 2.217 millones que declararon al iniciarse el concurso. En total, el pasivo de la inmobiliaria ha quedado fijado en 6.905 millones, aunque en el juzgado se agolpan ya más de un centenar de comunicaciones de recursos por parte de otros acreedores contra las sentencias del titular de la plaza, Pablo González-Carreró Fojón, que fijan ese importe.
La banca plantea en el nuevo convenio dos alternativas para que la inmobiliaria abone sus deudas, pero muestra claramente su preferencia por una: la conversión de parte de su pasivo ordinario, hasta un 15%, en créditos participativos, cuyo vencimiento se fija para diciembre de 2019. En caso de impago, y con el límite del 40% del importe total que hay que devolver, esa deuda se convertirá en acciones de la compañía si así lo consideran los acreedores a título individual. De lo contrario, si no aceptan la conversión de su deuda en acciones, recibirán su dinero en diciembre de 2023. También establecen un calendario de abono para el 85% de los cerca de 7.000 millones de pasivo, que se alarga en el tiempo sobre la propuesta de convenio planteada por la compañía en 2008. Entre 2011 y 2013, Martinsa solo abonará el 2% del total de la deuda.
La banca no las debe de tener todas consigo, ya que en la propuesta de convenio ata de pies y manos la capacidad ejecutiva de Fernando Martín como presidente. Por ejemplo, le impide tomar decisiones en solitario (deberán ser todas mancomunadas) y también le prohíbe nombrar un consejero delegado. Una comisión de seguimiento, que supervisará las ventas de activos, también podrá estar presente en los consejos de administración. Y a mayores, establece la prohibición de que el propio Martín pueda asumir el cargo de director general. Otro de los compromisos que plantean los acreedores es dar oxígeno para que Martinsa pueda continuar con su actividad, ya que acuerdan abrir una línea de circulante para financiar gastos operativos por un máximo de 147 millones.
En las últimas semanas, al tiempo que se diseñaba el nuevo convenio, los administradores concursales daban por cerrado un preceptivo informe para establecer, a ojos del juez, lo que tiene y debe la compañía tras todos los incidentes planteados por los acreedores en estos dos años. Ese análisis actualiza el pasivo presentado por la compañía cuando suspendió pagos y reconoce a una veintena de entidades una deuda ligeramente mayor. Aunque pueda parecer una ilusión contable, también devuelve a la compañía a una situación de patrimonio positivo de 359 millones de euros.
Lo cierto es que tras dos años en concurso la inmobiliaria presentó ante la autoridad bursátil unas cuentas correspondientes al primer trimestre de 2010 con un patrimonio negativo neto de nada menos que 1.427 millones de euros, siendo lo que debe prácticamente igual a lo que cifran ahora en su informe los administradores: 6.914 millones. Otro cantar, además, son las filiales de Martinsa en suspensión de pagos, empleadas en su día por el empresario vallisoletano como palanca y aval para adquirir Fadesa. Construcciones Pórtico, Fercler,
Inomar, Marplus, Jafemafe y Town Planning arrastran un agujero superior a los 3.800 millones de euros, según la administración concursal.
No todo son jarros de agua fría para la compañía por parte de los tres administradores, que quieren ver la botella medio llena en su informe al asegurar que "las ventas de inmuebles han permitido reducir el endeudamiento, por cuanto los créditos y préstamos hipotecarios que la sociedad tenía concedidos y que figuran como privilegio especial, por 548,4 millones de euros, han desaparecido del balance a 30 de junio, asumidos por los compradores". Las ventas corresponden en buena parte "a operaciones que se han realizado con las entidades financieras titulares de los créditos hipotecarios".
La inmobiliaria también cumplía dos años en concurso con una sorpresa nada agradable para el ex propietario de Fadesa, que se encuentra entre sus quince mayores acreedores. Entre las últimas decisiones del juez está la de resolver un incidente concursal presentado por el grupo de Manuel Jove calificando el grueso de las deudas de Martinsa con el antiguo propietario de la compañía como crédito subordinado, por importe de 94 millones, con la misma categoría que una reclamación que se hubiera presentado fuera de plazo y en los últimos lugares para el cobro. Jove reclama en total a la inmobiliaria que él fundó alrededor de 124 millones, entre los que se encuentra el importe de la venta de 24 millones de metros cuadrados en el Estado mexicano de Baja California.
La realidad de la inmobiliaria es tan distinta de la de hace dos años que el propio informe de auditoría de las últimas cuentas, firmado por Enrst & Young, sitúa en 2.982 millones el deterioro acumulado en el valor de los activos de Martinsa el pasado mes de diciembre, ya revisado por agencias de tasación independientes. ¿Llegará a tiempo el nuevo convenio de acreedores? -
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