Valencia, referente turístico
La ciudad de Valencia ha logrado, con los años, como el buen vino, pasar de crianza a reserva. Su progreso y ascenso como destino turístico no solo es visible por sus calles en cantidad y en calidad. Los que llevamos la friolera de casi 20 años viajando por el mundo para promocionarla también lo vemos cuando, ante nosotros, la industria turística emisora mundial y prescriptores de solvencia como la prensa u organizaciones turísticas, analizan su trayectoria desde las cifras y los resultados. Tal es la conclusión a la que llegan, que la toman como referente turístico, incluso como "caso", para ser estudiado en entornos académicos.
Con los datos en la mano, podemos decir que Valencia, en el periodo 2005-2009, es la ciudad española que más crece a nivel turístico, con un 39%. También es la ciudad europea que más ha crecido en materia de turismo en los últimos 20 años, según la Asociación de Ciudades Turísticas Europea. O que es, tras albergar la 32ª America's Cup, el tercer destino urbano español en llegadas de visitantes. O que es la quinta urbe europea y novena mundial no capital de nación en albergar congresos internacionales. Por cierto, utilizando terminología futbolística, ¡qué mejor momento!, Valencia se encuentra, según la citada Asociación de Ciudades Turísticas Europea, entre la Primera División de destinos europeos. Todos estos calificativos son algo más que piropos. Detrás está el trabajo, planificado, y la superación. Todo ello avalado por unos resultados medibles como los aportados.
Valencia, en el periodo 2005-2009, es la ciudad española que más crece a nivel turístico, con un 39%
America's Cup fue una oportunidad merecida, una candidatura ganada y bien aprovechada
La composición del turismo en Valencia ha sido tradicionalmente 60% nacional y 40% internacional. Gracias a su internacionalización, esta proporción muestra una tendencia a variar para pasar a un 50%-50%. Atendiendo al motivo de visita, el turista que viene a Valencia lo hace en un 60% por ocio y en un 40% por negocios. Una combinación muy razonable en el entorno de la gestión de destinos turísticos. Todo esto, junto a indicadores como el gasto medio de cada tipología y los estudios que desde Turismo Valencia realizamos sobre nuestra demanda, arrojan hoy en día para la ciudad un impacto económico medio de aproximadamente 1.300 millones de euros al año.
Siguiendo con el análisis profesional de lo que supone un año turístico para Valencia, si analizamos los momentos más propensos de llegadas para cada tipología de turista y las aportaciones puntuales de los eventos, que refuerzan esas llegadas más o menos consolidadas cada año, se puede establecer una foto fija del destino. Equilibrado, para todos los públicos, y de los más desestacionalizados de Europa, como también indica la Asociación de Ciudades Turísticas Europea. No es que tenga preferencia por citar esta fuente, es que es la única asociación europea de ciudades turísticas y aglutina los más de 100 principales destinos urbanos del viejo continente.
Diversificación y desestacionalización por un lado. Sostenibilidad por otro. Esa es la estrategia que siempre se ha intentado conjugar para promocionar la ciudad como destino turístico. La diversificación te permite alternar y compensar un tipo de visitantes con otros y la sostenibilidad procura obtener la justa demanda para una oferta determinada. Como herramientas para llevar esto a cabo, entre muchas otras, siempre hemos utilizado los planes de marketing conjunto con aerolíneas o con operadores turísticos de diferentes tipos, para así poder llegar a varios segmentos de turistas, incluso los de alto poder adquisitivo.
Hemos hablado algo del destino y de la demanda. Vamos a hacer ahora alguna reflexión sobre un importante componente de la oferta, el alojamiento. Turista es por definición aquel viajero que pernocta en su destino como mínimo una noche. Para ello es necesario que exista alojamiento. Pero hablando de un destino maduro como Valencia, no basta con eso. Para apelar a diferentes públicos, es necesaria cierta cantidad y variedad de alojamiento. La iniciativa privada debe tomar sus propias decisiones. Y la ley de la oferta y la demanda, no solo en turismo, ejerce como factor de equilibrio. Los mejores ejemplos de esta dinámica los hemos visto recientemente en la misma ciudad, en un contexto en el que, a día de hoy, tenemos un crecimiento total de pernoctaciones en lo que va año de un 10% y en turismo internacional de un 17%.
Valencia, sin ampliar su planta hotelera, hubiera sido materialmente incapaz de albergar la cantidad y tipología de visitantes que recibió durante los cuatro años que duró la America's Cup. ¿Ha valido la pena? Indudablemente. Una competición deportiva en tercer lugar en relevancia tras las Olimpiadas y un Mundial de Fútbol, deseada por cualquier ciudad del mundo, ¿no va a valer la pena? Que le pregunten a Johannesburgo. Concretamente, a la candidatura de la 32ª America's Cup, se presentaron 63 ciudades y ganó Valencia. "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando", decía Picasso. La America's Cup fue una oportunidad merecida, una candidatura ganada y bien aprovechada gracias a que la ciudad tenía los deberes hechos para optar a ella. Algo que muchas otras ni siquiera se plantean. Así es como se dan los saltos cualitativos.
Y puestos a ganar, Valencia lleva una racha que no para, a pesar de la crisis. La ciudad recibió en 2008 el premio Ulises de la Organización Mundial del Turismo a la innovación y a la gestión de un destino turístico. Ha sido el primer destino europeo en conseguirlo. Cabe matizar que es el máximo galardón turístico del mundo. Y acaba de llegar un nuevo reconocimiento, en este caso al Palacio de Congresos como el Mejor Palacio de Congresos del Mundo; no de España o de Europa, del mundo.
¿Son todo esto una suerte de felices coincidencias? Remontémonos a principios de los 90: Valencia disponía del irremediable semáforo de Europa, y animaba a aquellos viajeros que atravesaban la ciudad sí o sí, a que hicieran un pequeño alto de un par de horas para visitarla. Hoy luce potentes activos turísticos, unos restaurados y otros nuevos, unos tangibles, como su gastronomía, y otros intangibles, como su envidiable calidad de vida, con una larga lista de reconocimientos. Todos estos activos están identificados en el inventario del marketing turístico de la ciudad, empaquetados y lanzados al mundo incansablemente año tras año. Y todo, como no puede ser de otra manera en un entorno profesional, se hace de acuerdo a planes de actuaciones consensuados con el sector y a planes estratégicos a largo plazo. Así se ha forjado la Valencia que se conoce a nivel internacional como "increíble pero cierta". Campaña, por cierto, tricampeona en concursos publicitarios en 2009.
Valencia tiene mucho que ofrecer. Es una producción para todos los públicos. No lo decimos los mensajeros. Lo dicen los boquiabiertos prescriptores que durante todos estos años llevamos trayendo para que vuelvan a sus casas y prediquen lo que han visto. Lo dicen los turistas en las encuestas que nos dejan. Lo dice incluso el ciudadano otorgando al turismo de la ciudad una de sus puntuaciones más altas. Pese a todo, y como en todo campeonato, con deportividad y sensatez, estos mismos mensajeros entrenamos todos los días para seguir mejorando en nuestro cometido.
José Salinas es director-gerente de Turismo Valencia y consejero director del Palacio de Congresos de Valencia.
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