Los que no verán a La Roja

Muchos madrileños no se perderían por nada del mundo el partido contra Holanda. Pero a otros no les quedará más remedio porque tienen que trabajar. Entre los que recurrirán a la radio, aunque de forma discreta para no molestar a ningún viajero, está Isi, conductor de la EMT, que se perderá la primera parte del partido. "Este partido es como la final de la Champions: los viajeros se quedan cerca de nosotros para escuchar lo que pasa. Más que una molestia es un servicio a los viajeros".

Dos agentes de la Policía Local de Madrid, que ayer sábado patrullaban a pie por la calle de Preciados, trabajarán hoy durante el partido. "No sabemos dónde. Ojalá nos toque delante de una pantalla gigante y pueda ver el partido. Pero lo primero es la seguridad. Espero que mi jornada del domingo acabe el lunes a las siete de la mañana: eso significaría que España ha ganado el Campeonato del Mundo".

María, Paco y Chiqui, del hotel Regente del centro de Madrid, también serán desafortunados. En el bar del hotel se juntarán decenas de clientes, y por eso apenas podrán ver la televisión. "Pero seguro que si hay un gol o algo así podré desviar la mirada unos segundos", dice María.

Pilar trabaja en el Servicio de Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid, y le ha tocado estar de guardia hoy: "Es un día como otro cualquiera. Asumo que estoy trabajando, y lo primero es lo primero. Si no pasa nada durante el partido podré verlo. Pero si hay cualquier cosa, las emergencias son lo primero".

Gonzalo y Javier, de la taberna gallega Xabreiro, en la calle de la Victoria, aseguran que entre cerveza y cerveza podrán echar un vistazo. "Espero que me instalen una televisión encima de la plancha", bromea Jorge. También del sector de la hostelería es Manolo, que regenta un bar que lleva su nombre. Junto con los locales Coppola y La Oficina trabajarán hasta bien entrada la noche si gana España. Quien no verá el partido es Jorge, un cubano que lleva varios años en España, pero que no está interesado en el fútbol. "Pero espero que mi mujer me llame por teléfono, ya que me está contagiando el interés de todos los españoles", dice este guardia de seguridad de un edificio del Ensanche de Vallecas.