Descapotable de bolsillo con chispa

Contra la imagen y el glamour de los Mini Cabrio y Fiat 500 C, Renault propone la deportividad del nuevo Wind. Un descapotable en miniatura que se diferencia de estos competidores, y de otros como los Peugeot 207 CC y Opel Tigra, por lo llamativo de su diseño y por su planteamiento dinámico. Se lanzará en septiembre con dos motores de gasolina (100 y 133 CV) y un completo equipamiento de serie. Y puede ser tanto un segundo coche de la casa de corte divertido, como el primero para los jóvenes. Estará disponible desde 18.095 euros.

La deportividad del Wind se aprecia ya a primera vista, con una planta musculosa y afilada y silueta de cupé. Y esta continua en el interior, con dos asientos envolventes, volante vertical y una postura a los mandos baja y estirada.

Mide 3,83 metros de largo y, aunque tiene dos plazas, en vez de las dos más dos de otros modelos, lo compensa con un maletero mayor de lo normal en cabrios de este tamaño: 270 litros. Además, aporta un sistema de techo rotativo que, entre otras ventajas, se abre más rápido de lo normal y no quita espacio al maletero cuando se circula descubierto.

La mecánica refleja también el planteamiento deportivo. Y es que el chasis es el mismo del Twingo RS, la versión con más genio de la gama Twingo, que equipa ruedas más grandes, frenos más potentes, suspensiones rebajadas y ejes ensanchados. Con cualquiera de los dos motores, el Wind divierte al volante por su agilidad, ligereza (1.130 kilos con el motor de 100 CV) y comportamiento casi de kart, con una dirección rápida, buen agarre y mínimo balanceo en los virajes. Donde más se disfruta es en carreteras reviradas, aunque tampoco se le atragantan las autopistas, terreno en el que ofrece un aplomo correcto. En general, resulta más deportivo y menos cómodo que un 207 CC, por sonoridad, postura a los mandos y rigidez de suspensiones.

Ambos motores vienen con cambio manual de cinco marchas: hay un 1.2 TCe turbo de 100 CV (18.095 euros, 190 km/h y 6,3 litros de consumo medio), y un 1.6 de 133 CV (19.305 euros, 201 km/h y siete litros). Puede interesar más el primero, porque suena menos y, por el turbo, tiene más fuerza y resulta más agradable en una utilización normal.

El techo de metal eléctrico, de una pieza, pivota hacia atrás, se pone vertical y acaba apoyado sobre la parte trasera. Y, como no tiene que plegarse, tarda apenas 12 segundos en ponerse o quitarse. El sistema mecánico que lo acciona pesa solo 22 kilos, frente a los casi 100 de los dispositivos más complejos (como el del 207 CC). Otra buena noticia es que ajusta bien y permite rodar por autopista sin ruidos molestos.

El pequeño tamaño del Wind aporta también beneficios en ciudad. Sin embargo, su carrocería se cierra sobre los ocupantes y dificulta la visibilidad. Por la misma razón, no transmite tanto contacto con el aire libre cuando se circula abierto como en un descapotable convencional (sin pilares tras los ocupantes).

Hay un solo acabado, Dynamique, que viene completo en lo fundamental: cuatro airbags, control de estabilidad, aire acondicionado, ordenador, llantas de aleación y radio CD/MP3. Como opción, se ofrecen llantas más grandes de 17 pulgadas (300 euros), tapicería de cuero (828), rueda de repuesto normal (42) y varios paquetes: entre ellos, uno con puerto USB y bluetooth y otro con climatizador y sensores de lluvia y luces (208 cada uno).