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Reportaje:

Diálogo del tango y el flamenco

El cante de Miguel Poveda y el bandoneón de Rodolfo Mederos llegan a Granada

El Palacio de Carlos V recibirá esta noche un espectáculo atípico que unirá la música popular de dos lugares distintos y distantes, aunque profundamente unidos por el idioma. El Festival Internacional de Música y Danza de Granada, que este año celebra el bicentenario de la independencia de las repúblicas americanas, reúne hoy a las 22.30 al cantaor flamenco Miguel Poveda con el gran bandoneonista argentino Rodolfo Mederos, en un espectáculo titulado Diálogos. El bandoneón es un instrumento parecido al acordeón.

"Para nosotros es muy atractivo el espacio porque es un lugar que se relaciona con la música clásica. Que vaya a ser ocupado por la música popular creo que va a servir para romper algunos prejuicios", explicó ayer Poveda, justo después del último ensayo junto a su compañero de aventura, a quien conoció en 2005.

Los dos artistas actúan esta noche en el Festival de Música y Danza

"Escuché los discos de Miguel y sentí que algo profundo y genuino nos conectaba. Creo que se trataba de una complicidad relacionada con la pasión. Tanto el flamenco como el tango representan fielmente una cultura, y eso no es en absoluto habitual. Las culturas regionales están pasando una época de crisis, por lo que ideológicamente estos diálogos tienen un sentido", dijo Mederos, que se formó en las míticas orquestas de Osvaldo Pugliese y Astor Piazzola.

Lo cierto es que el resultado de la unión entre Mederos y Poveda tiene tango y flamenco, sin que uno sea capaz de concretar en qué medida. Ninguno de los dos mimetiza, por lo que el bandoneón es totalmente porteño (de Buenos Aires) mientras que la voz de Poveda resulta inconfundible, sin pretensión alguna de parecerse a Gardel.

"La música fusión es la música de la confusión y está totalmente influenciada por la cultura anglosajona. Esa música es el resultado de otras dos, en la que una ha ejercido un poder dominante. Aquí ninguna tiene esa posición. Por eso no se trata de fusión, es un diálogo", explicó el veterano músico argentino.

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Por su parte, el joven flamenco aclaró que el espectáculo tiene mucho de improvisación, como si se circulara por un camino invisible guiado por las sensaciones. "Me produce un gran placer escuchar el bandoneón de Rodolfo, que está lleno de verdad, sabiduría y belleza. Me da muy buenas sensaciones y muchas ganas de cantar, en este caso tangos, que siempre me han apasionado", dijo el cantaor, que también aseguró ser consciente de que, una vez más, los "puristas" la tomarán con él por coquetear con otras músicas. "Hay trajes que están hechos a medida y que me sientan bien. Tengo varios. No tengo por qué ponerme siempre el de color rojo. Hay veces en los que me apetece ponerme uno verde o uno azul", añadió el ganador del Premio Nacional de Música de 2007 en la modalidad de interpretación.

Sobre el mismo tema, Mederos dijo que los prejuicios son siempre "muy infantiles". "Las músicas tienen que evolucionar sin que eso suponga la pérdida de su esencia. Yo también soy un purista en algunos sentidos. El tango está invadido de aspectos de Hollywood, pero eso no significa que haya perdido su esencia ni que lo vaya a hacer", concluyó Mederos.

Miguel Poveda y Rodolfo Mederos (derecha), en un concierto en Oslo en 2009.
Miguel Poveda y Rodolfo Mederos (derecha), en un concierto en Oslo en 2009.

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