"Tocar en la Mezquita es un lujo"

Si el Festival de la Guitarra de Córdoba tiene un padre, ese es sin duda Paco Peña (Córdoba, 1942). Guitarrista de éxito, Peña viajó pronto fuera de las fronteras, llevando su arte. En su periplo, quedó deslumbrado por la cantidad de festivales de música que existían por el mundo. Al ser consciente de la admiración y reconocimiento que el flamenco cosechaba fuera de España, el guitarrista recuerda que se dijo a sí mismo: "¡Contra! ¿Por qué no hay un festival como estos en Córdoba?". Y se puso manos a la obra.

Han pasado 30 años. Centenares de artistas. Miles de espectadores. El festival que impulsó Peña ha crecido de manera exponencial y ahora, la organización se lo agradece ofreciéndole el concierto inaugural, esta noche, en la Mezquita de Córdoba, donde interpretará su obra Misa flamenca. El bosque de columnas que inunda la sección construida por Almanzor, detrás justo del altar mayor de la Catedral cristiana, será el lugar donde se oigan las cuerdas de la guitarra de Paco Peña, el cante de Manuel Moreno El Pele y las voces del Coro Ziryab. No es la primera vez que Paco Peña disfruta de su guitarra en el templo, actual catedral cristiana. Hace cinco años, con motivo del 25 aniversario, interpretó su obra Requiem en el mismo lugar.

"Sin menospreciar la labor que se ha hecho, todavía falta algo", dice Peña

"Tocar en ese escenario es especial. Es un lujo. El marco no puede ser mejor porque es sobrecogedor. Es algo bellísimo y se agradece. De hecho, consigue que uno rebusque más dentro de sus propias emociones y consigue que las cosas salgan mejor", afirma el guitarrista.

Algunos han interpretado que el invitar a Paco Peña a abrir el Festival de la Guitarra era una manera de acercarse a la figura. Porque él ideó su nacimiento y dirigió sus primeros pasos pero también, durante los siguientes años, se mantuvo en un segundo plano. De todas maneras, el guitarrista aclara que nunca he dejado de estar cerca del festival. "Porque nunca ha habido un desencuentro con él. Simplemente, ocurre que yo inicié el festival pero ya no lo llevo, lo lleva el Gran Teatro, el Ayuntamiento".

¿Cómo comenzó todo? "Pues fue un sueño de juventud. Siendo yo ya conocido fuera de España tenía un reclamo fuerte para poder traer gente buena, así que organicé unos cursos y di unos conciertos, modestamente. Porque no tenía dinero para más. Me ayudaban mi familia y mis amigos. La Posada del Potro estaba prácticamente abandonada y le rogué al Ayuntamiento que me lo cedieran para que allí pudiesen hacerse los cursos y las actuaciones". Los artistas que Peña invitaba eran conocidos suyos. Por allí pasaron El Chaparro, El Pele, Vicente Amigo, que entonces era un niño y otros artistas de Córdoba, además de cantaores y bailaores.

Finalmente, las instituciones se implicaron en el proyecto. Y de su mano, la cita anual de las seis cuerdas ha ido creciendo hasta convertirse en un referente, marcado por su eclecticismo en el estilo y en el público.

Peña contempla con alegría cómo ha crecido aquel pequeño festival. "Pero, modestamente y sin querer menospreciar la labor que ya se ha hecho, todavía pienso que falta algo. Yo lo que quería también era involucrar a mi ciudad, a mis vecinos de Córdoba. Y eso quizás no lo tenemos", advierte con un punto de tristeza. "Se está haciendo mucho invitando a estrellas de gran popularidad, que llenan los conciertos. Pero me gustaría que fuese algo como el Festival de Edimburgo, aquello es una explosión en la calle. Eso es lo que yo quería", sostiene. "Eventualmente ahora, se está haciendo en la Noche Blanca del Flamenco. Eso sí que realmente se parece a la idea que yo tenía", subraya. "Un festival para la ciudad, para los barrios y para los vecinos. No sólo para esas estrellas que vienen cobrando un caché importante, sino para también para artistas de aquí".

Paco Peña actúa hoy en la Mezquita, a las 22.30, entrada con invitación.