Estímulo infrecuente
Tesla ha dado un acelerón con un premio poco frecuente: un éxito en el mercado de valores. Esto debe de envalentonar a General Motors -y a otras empresas no automovilísticas- para sacar adelante sus ofertas públicas iniciales (OPI). No está previsto que el fabricante de coches deportivos eléctricos, aún no rentable, gane un céntimo hasta 2012 como mínimo. Por lo que, si puede moverse con tanto éxito por los mercados, es sin duda un síntoma de que los inversores son más receptivos a las nuevas ventas de acciones después de seis meses turbulentos.
Al fin y al cabo, este año se ha dado marcha atrás en EE UU a más OPI de las que han salido adelante: 71 y 68, respectivamente. De las que han llegado al mercado, 20 alcanzaron un precio inferior a la horquilla prevista y 40 se venden ahora a un precio inferior a su precio de OPI, según datos de Thomson Reuters. Aun así, Tesla ha logrado un triplete: aumentar el número de acciones vendidas en un quinto; ser una de las solo seis que lograron un precio superior a la horquilla, y que las acciones suban en el primer día de cotización un 40%, un logro aún más impresionante dada la tendencia general a las ventas en el mercado en general ese día.
Aún así, los ejecutivos de la aspirante a sociedad anónima deberían contener su entusiasmo. Tesla fabrica coches, pero es más parecida a un juego tecnológico; entre sus accionistas nuevos hay más especialistas en energías alternativas o tecnología que inversores del sector industrial. GM no puede repetirlo. Además es probable que los coches eléctricos sean un negocio que crezca y, en él, Tesla es un líder. Sus coches consiguen más kilómetros por carga que la mayoría de los rivales. Por ejemplo, Daimler compra a Tesla las baterías para algunos de sus vehículos y también posee una pequeña participación.
Tesla tiene sus riesgos. Se enfrenta a una pausa de la producción cuando uno de sus principales proveedores actualice sus instalaciones. Y Tesla ya avisó este mismo año de que los ingresos de la OPI solo le permitirían mantenerse a flote un par de años. Si no comienza a obtener beneficios en 2012, como está previsto, los inversores perderán su dinero todo o en parte o se verán obligados a aportar más efectivo.
Pero para los inversores en busca del próximo pelotazo, Tesla sigue resultando atractiva. Y el éxito del proceso de OPI supone que los banqueros y ejecutivos de la empresa la han montado bien. GM y otras empresas tendrían que seguir el manual de Tesla palabra por palabra o vender en un mercado mucho más sólido para asegurarse un éxito así.
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